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ECATEPEC, Edomex. 22 de diciembre de 2014.- José Luis Méndez, estudiante de la normal rural de Ayotzinapa y sobreviviente de los hechos ocurridos la pasada noche del 26 de septiembre en el municipio guerrerense de Iguala, desmintió la versión oficial que señala que hubo un enfrentamiento con la policía municipal.
“Ellos nos interceptaron cuando viajábamos de regreso a las instalaciones académicas”, declaró.
El joven estudiante es sobreviviente de la masacre de seis de sus compañeros y de la desaparición forzada de otros 43 en el municipio de Iguala, Guerrero la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre.
“Esa noche del 26 de septiembre de una patrulla descendió una mujer, quien comenzó a disparar al aire, mientras les pedíamos no hacer más disparos; éstos cesaron, pero cuando llegaron los refuerzos nos bajaron de uno de los autobuses como a 30 compañeros a golpes e insultos”, narra el estudiante que acudió al municipio de Ecatepec, en donde dio su versión ante más de 300 pobladores de la localidad.
Al grito de “¡No están solos!”, los asistentes al jardín municipal de Ecatepec manifestaron su apoyo a familiares de los desaparecidos.
José Luis Méndez recuerda que ni siquiera pensaban pasar por esa localidad, pero a su paso no hubo ningún disturbio y tampoco acudieron a protestar contra la esposa del ahora ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca.
Aseguró que no estaban armados, no hubo disturbios y descartó que hubieran acudido a manifestarse contra María de los Ángeles Pineda en un supuesto acto político que desconocían se iba a celebrar.
Explicó que al ser detenidos pensaron que sólo los llevarían a las galeras, nunca pensó que dispararían contra ellos, pero de repente cuando llegaron unos “individuos encapuchados” inició la balacera, “escuché como mil disparos, y en eso cayó un compañero herido de bala”.
Afirmó que a su compañero caído ya no lo pudieron auxiliar, “la policía seguía disparando y corrimos, hasta llegar a una vivienda donde una persona nos dio alojamiento, pues nos confundió con su sobrino”.
Al continuar con su narración, dijo que los autobuses en que viajaban tomaron rumbos distintos, tras la persecución policíaca, pues en la primera ocasión que los interceptaron y los dejaron ir les indicaron que “mejor se fueran por que iban a regresar y los matarían”, y así sucedió cuando los retuvieron de nueva cuenta.
Añadió que por la noche del 26 de septiembre eran perseguidos por personal armado que viajaba a bordo de unidades de Protección Civil, también señaló la participación de elementos de la policía federal, estatal y miembros del Ejército, no sólo en la búsqueda, sino disparando contra los estudiantes.
Al día siguiente acudieron a la Fiscalía de la Procuraduría General de Justicia del estado de Guerrero a denunciar los hechos y la policía estatal los escoltó para irse a la normal rural “Raúl Isidro Burgos”.
Dando muestra de apoyo, los colonos escucharon las narraciones de los trágicos acontecimientos en Iguala, Guerrero.
Como parte de los testimonios Nardo Flores Vázquez, padre del estudiante desaparecido; Bernardo Flores Alcaraz, de 21 años, imputó la responsabilidad por omisión de los hechos ocurridos los días 26 y 27 de septiembre al ex gobernador de Guerrero Ángel Aguirre y a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por lo cual exigió a la Procuraduría General de la República (PGR) iniciar una nueva línea de investigación para responsabilizar a estas dependencias.
Dijo que en Iguala está el destacamento del 27 batallón del Ejército Mexicano, que se negó a proporcionar ayuda a solicitud de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, pues según argumentaron no podían hacerlo hasta no recibir una orden directa, y lamentó que estos tampoco informaran a los superiores para solicitar esa autorización e intervenir.
Por ello, responsabilizó a las autoridades de montar una escena teatral para resolver este asunto de la desaparición forzada de los 43 normalistas, agregó que las leyes en este país sólo sirven para la clase en el poder, pero pidió a la población seguir luchando para que se respete la legalidad y se pueda cambiar a este país.
Advirtió que esta lucha ya es irreversible, “no temo a la muerte, sino a que la gente continúe callada”, al tiempo que lamentó que el gobierno haya reprimido de manera brutal a los estudiantes sólo por acudir a recabar fondos para la celebración de un año más de la matanza del 2 de octubre del 68.