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TAXCO, Gro., 5 de febrero de 2015.- La Minera México envenenó el suelo, ríos y aire de por lo menos 20 comunidades de Taxco, con desechos tóxicos de arsénico, plomo, cadmio y vanadio.
El ex titular de la Procuraduría de Protección Ecológica de Guerrero (Propeg), Julio César Aguirre Méndez, informó que hay tres casos registrados de anencefalia (bebés que nacen sin cerebro) a causa de esta contaminación.
También reveló que, de acuerdo a un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), varios pobladores de la zona presentan altos niveles de plomo en la sangre.
Indicó que en las 20 comunidades más cercanas a la zona de minas, hay más de 2 mil pobladores en riesgo de intoxicación por altos niveles de plomo y arsénico.
Para Aguirre Méndez, la contaminación en Taxco es más grave que el caso del Río Sonora, donde una minera derramó 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado el 6 de agosto de 2014.
El caso del Río Sonora fue calificado por el gobierno federal como “el peor desastre ambiental en la industria minera del país en los tiempos modernos”.
Sin embargo, el ex titular de la Propeg asegura que en Taxco la contaminación ambiental y el daño a la población son mucho mayores.
En el caso del Río Sonora hubo 4 comunidades afectadas; en el caso de Taxco, son 20 de manera directa, sin contar aquellas poblaciones que registran daños ambientales y de salud de forma indirecta.
En entrevista, Aguirre Méndez criticó que la minera y los gobiernos federal y estatal sean omisos a las recomendaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Sostuvo que la Profepa, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales federal (Semarnat) y su filial estatal Semaren “tienen que dar seguimiento al caso de Taxco y llegar hasta las últimas consecuencias”.
“Nosotros ya investigamos, hay un estudio que demuestra las consecuencias negativas en la salud de la población, por el consumo de agua contaminada por los escurrimientos de las minas”, expresó el ex funcionario recién separado del cargo.
Recordó que hace dos semanas acudió a la zona con un equipo de análisis, aún como titular de la Propeg, a petición de un grupo ciudadano autodenominado Unidos por Taxco.
“Recorrimos los jales (residuos que salen de las minas) y los escurrimientos líquidos que provienen del interior. Los tubos están totalmente rotos, oxidados, se les hizo un estudio y tienen metales pesados, son alcalinos, no tienen la posibilidad de generar vida, por lo tanto en su camino van dejando muerte en la flora y fauna del lugar. Todo alrededor se está muriendo”, explicó Aguirre Méndez.
Detalló que al interior de las minas hay tuberías que se conectan con las fuentes de agua que utilizan los pobladores para consumo doméstico.
“La gente bebe agua contaminada, esto es preocupante. Las autoridades de salud tendrán que poner cartas en el asunto”, comentó el ex titular de Propeg.
La intervención de las autoridades de salud, dijo, no tiene que limitarse al saneamiento de los cuerpos de agua, sino a implementar medidas que detengan su consumo por parte de la población.
Además de la polución del agua y el suelo a causa de los escurrimientos y filtraciones de la mina, indicó que el aire de la zona está contaminado.
Aguirre Méndez detalló que el viento de esta región “es peligroso”, porque arrastra residuos químicos, como el arsénico y metales pesados pulverizados.
Expresó: “Nosotros mismos estuvimos expuestos cuando recorrimos el lugar, tenemos videos en los que se ve la nube de polvo permanente sobre las comunidades”.
El 18 de enero, La Jornada Guerrero publicó una nota bajo el título Las minas de Taxco sí contamina, en la que presentó los resultados de una investigación realizada por María de Lourdes Soto Ríos, maestra en Salud Pública y Ciencias en Epidemiología de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).
La especialista detalló que en cuatro comunidades de la región minera de La Cañada se detectaron niños con altos niveles de plomo en la sangre; también el medio ambiente y el suelo de esta zona rebasaron los límites de contaminación, a causa de los jales y desechos de extracción minera.
En 2010, la Profepa determinó que la región de La Cañada rebasó los límites máximos permisibles de metales pesados, provenientes de jales o desechos mineros existentes en el suelo.
El expediente PFPA/3.1/2C 26.1/00011-09 de la Profepa indica que la presencia de cadmio y vanadio en el suelo rebasa el límite máximo permisible de 22 miligramos por cada kilogramo (mg/kg) y 400 mg/kg, respectivamente para uso de suelo agrícola, establecido en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 147SEMARNAT/SSA1-2004, de acuerdo a un análisis que se realizó a 15 muestras de las montañas de jales mineros abandonados en las comunidades de El Fraile, Dolores, Santa Rosa y Paintla.
El cadmio provoca daños renales y hepáticos en el ser humano, además de náuseas, vómitos e hipertensión arterial, entre otras afectaciones severas.
La inhalación de vanadio daña el material genético y los sistemas nervioso y reproductor, produce anemia y afecta al sistema inmunológico.