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QUERÉTARO, Qro., 13 de febrero de 2015.- Algunos a favor, otros en contra. Para ciertas parejas es un día comercial, mientras que para otras la excusa para hacer una salida distinta o regalarse algo especial. Lo cierto es que San Valentín, el Día del Amor y la Amistad o ‘un 14 de febrero como cualquier otro’ está en boca de todos.
Bueno ¿Y por qué decidimos lanzar el corazón por la venta y celebrar con tanto ahínco floral?
Tal y como precisa el portal argentino La Nación, el origen del Día de San Valentín se remonta a la época del Imperio Romano, cuando el emperador Claudio II decidió prohibir que sus soldados contrajeran nupcias ya que “las personas casadas no estaban listas para la guerra, extrañaban a sus familias y querían volver para estar con sus mujeres”.
Con una crisis social de por medio que cada vez se mostraba más intolerable, fue entonces que Valentín, un prestigioso médico romano recién convertido en sacerdote cristiano, se acopió a la tarea de celebrar matrimonios clandestinos, desatando la ira del emperador
Valentín pasó el resto de sus días en un calabozo donde era ridiculizado por sus alguaciles, entre ellos el lugarteniente Asterius, quien intentando poner “a prueba” al párroco, le propuso un desafío: concederle el regalo de la vista a su hija Julia (una hermosa joven que habría nacido ciega).
Valentín, por supuesto, aceptó y durante los siguientes meses se entrevistó diariamente con Julia, con quien mantenía prolongadas charlas, sesiones de lectura y jornadas de sanación médica hasta que pronto se enamoraron el uno del otro.
Desde entonces fue que, azolado por los martirios de sus captores y decidido a “abrirle los ojos” a Julia, Valentín intentó convertir al cristianismo a las distintas autoridades romanas, aprovechando los tiempos libres para escribir cartas a su amada que, por la gracia de Dios, en algún momento “podría leer”.
Antes de partir el milagro sucedió, y mientras Valentín era decapitado el 14 de febrero del año 270, su amada por fin pudo leer todas esa misivas que firmaban bajo la misma consigna: “Siempre tu Valentín”.
De ahí el origen de las cartas de amor y poemas que luego se transformaron en regalos más o menos osados, y aunque las flores o los chocolates pueden ser una buena opción, hay personajes que deciden inmortalizar su amor con obsequios no siempre tan afortunados.
En fin, en memoria de San Valentín, esperemos que tragedias del calibre de esta galería no se repitan.
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