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VILLAHERMOSA, Tab., 29 de febrero de 2016.- En la vida política de Roberto Madrazo Pintado no hay inviernos. Hibernación sí, pero no inviernos.
Hace diez años decidió imponerse una especie de sopor político. Eso se acabó. Quien encarna la fiel descripción de aquello que Aristóteles definió como animal político ha cerrado ese ciclo. Y está de vuelta. Madrazo se reinventa. Es impredecible. Retoma hilos de poder partidista.
Y la gente, su gente que aún es mucha, se le cuadra, le obedece. Unos lo quieren, otros no. Pero nadie puede ignorarlo. Genio y figura. Hablar con el ex gobernador de Tabasco es adentrarse en las entrañas de un mítico personaje cuyas leyendas, creadas por amigos y adversarios, rebasan los límites de la fantasía política.
Animoso, tiene ganas de hablar, de compartir experiencias, soltar el viscoso líquido de la adrenalina política que corre por sus venas. Enmarca el encuentro una cafetería de Villahermosa, de esas modernas, sin lujo, de buen gusto minimalista, casi fresa según opinan los chavos.
-¿Está bien aquí?- me dice al tiempo que me invita a tomar asiento en una mesa para cuatro. -Me parece perfecto- acepto.
-¿Qué vas a tomar?- me ofrece-. –¿Un té o un café? Pido un café para acompañarlo porque él, quien ha llegado media hora antes, bebe té de frutas tropicales. Saludos de rigor, preámbulo y al grano.
– Hace 16 años dejó la gubernatura de Tabasco, ¿qué añora del poder?- pregunto en suave tono.
– Pues sí, ya son 16 años, sí es cierto como tú lo dices… yo tenía desde el 2006 que no me involucraba en una campaña electoral y ahora que Liliana Madrigal me buscó con mucho gusto participo con ella porque me motiva, me motiva ella más que el entorno que puede haber en una campaña en la búsqueda de una posición política, lo que me motiva mucho es la persona y por eso me ves otra vez haciendo campaña con ella.
– ¿Emocionado de hacer nuevamente campaña en Tabasco?
– Mira, siempre me he mantenido cerca de la gente, aunque lejos de los reflectores políticos, pero el contacto con la población ha sido permanente a pesar de estos 16 años he realizado gestiones para gente que van a verme para que les ayude en recomendaciones que tienen, en alguna solicitud menor para algún enfermo de alguna de las familias, entonces en la medida de las posibilidades personales en esa forma hemos estado ayudando a los paisanos hasta donde mi presupuesto familiar alcanza.
Madrazo no quita los ojos del reportero. Cada palabra, cada frase lleva implícita una emoción, un mensaje político. Intenta conducir la plática al terreno de la competencia electoral por la presidencia municipal de Centro.
No es el interés del reportero, no por ahora. Carlos Madrazo no era el más popular.
Un sobrio ambiente decorado con lámparas en color ámbar baña la mesa de melanina café y sillas de resina gris. El hermoso color de moderno interiorismo se desvanece con la luz natural que penetra por grandes ventanales. Su mirada envuelve, convence.
Tiene el poder de la persuasión, incluso de la seducción política. No se distrae. Parece no respirar cuando segundo a segundo describe momentos de una vida cuya alforja alberga más victorias que derrotas.
– ¿Sigue vigente el madracismo? ¿Aún tiene fuerza electoral en Tabasco?- escudriño para conocer, de viva voz, la visión de quien es el heredero de esa legendaria corriente.
–Desde luego, es una corriente histórica en el Estado que no depende de Roberto Madrazo. Esta corriente histórica viene desde la época de don Carlos Madrazo, antes de que fuera incluso Gobernador del Estado, viene de los 50’s, de 1957, 1958. Carlos Madrazo no era el hombre más popular para ser candidato al gobierno, era don Agustín Beltrán, hombre con gran carisma, de una gran presencia, un político local muy bien visto, muy bien querido, y Carlos Madrazo era el representante de Gobierno del Estado en la Ciudad de México, (en el gobierno) del General Miguel Orrico de los Llanos.
Le gusta el tema, no lo cierra, por el contrario, se reacomoda en la silla de resina y evoca recuerdos de su padre.
La nota en Quadratín Michoacán.