Sin mucho ruido
Llamado a la revolución turística parte 2
Es que el turismo es nuestro motor que en un estado como Guerrero, requiere de auténticos profesionales con otra preparación pero sobre todo, con otra mentalidad para su manejo. No son extrañas las expresiones de que no importa la existencia o no, de un plan para su desarrollo (que por ley y por sentido común de negocios debe hacerse), sino con sólo apoyarse en los empresarios hoteleros es más que suficiente, cuando la realidad muestra que por desgracia algunos necesitan ayuda antes de estar en posición de asesorar al gobierno, porque no controlan ni a sus propios negocios; tenemos de acuerdo con informaciones de trip advisor entre 30 y hasta 40% de opiniones de mal y pésimo servicio en los hoteles de esos empresarios o ejecutivos quienes se supone son ahora los expertos en todo. Esto es producto de buenas intenciones pero falta de visión política. Lo que llama la atención es la aparente complacencia de los líderes del sector y de los otrora protagónicos licenciados en turismo sobre este estilo de política oficial para dirigir el turismo en nuestra entidad. No se debe gobernar con exclusividad apostándose al servicio de algunos grupos de poder y menos en un sector tan delicado como es el turismo.
Por todo esto, urge ya, un llamado a las fuerzas progresistas del sector (no me refiero a partidos políticos que usan estos términos como slogan, pero bienvenidos!), para que iniciemos la revolución turística que reposicione a Guerrero. Al igual que la Revolución Mexicana que se basó en planes y en programas de acción, como el Plan de San Luis, el Plan de Ayala y el Plan de Guadalupe; aquí tendremos que hacer nuestro Plan Guerrero con programas específicos para cada destino. Nuestro plan tiene que enfocarse en las prioridades estratégicas reformando las condiciones vigentes, indignas para nuestro prestigio, aspiraciones y potencialidades, como la necesidad de un blindaje eficaz y permanente de las zonas turísticas del estado para garantizar la seguridad a nuestros turistas; la adopción real de una política de estado en sus tres órdenes de gobierno donde el turismo tenga el justo apoyo financiero para recuperar el desarrollo; que sea dirigido por mujeres y hombres guerrerenses profesionales con capacidad y compromiso total, para su eficiente operación y promoción; acciones revolucionarias para recuperar y mejorar nuestra calidad turística; renovación y construcción de toda la infraestructura necesaria para el pleno disfrute de nuestro patrimonio turístico, y, la adopción de nuevas formas de promoción hacia los mercados naturales revisando a fondo los organismos que operan los fondos para la promoción y aplicando las medidas que sean necesarias para su buen funcionamiento. Y como lema rector de nuestros ideales, deberíamos adoptar quienes tenemos la convicción de que esta actividad merece el mayor de los respetos: “¡En Guerrero, el Turismo es primero!”
Ninguna clase de tarea titánica habríamos de emprender para salir de nuestro subdesarrollo turístico. Sólo inspirarnos en la pasión de Guerrero por alcanzar el sueño de libertad y justicia social de su pueblo y perseguir con similar dedicación nuestras aspiraciones de recuperar el sitio de honor en el desarrollo turístico nacional por el bien de nuestro estado de Guerrero y de nuestros paisanos. Recordemos que la clave de las revoluciones es la decisión social de no continuar siendo dominados. Aprovechemos con renovada energía a los gobiernos municipales, la disposición del gobernador del estado, recuperemos la del mexicano más rico del mundo y la actitud de compromiso del presidente Peña Nieto. Si nos decidimos podremos hacerlo y los profesionales del turismo, trabajadores, dirigentes del sector, legisladores, gobernantes, empresarios, prestadores de servicios, académicos y comunicadores, tendremos que hacer un frente común para sortear los estorbos en este camino.