El presupuesto es un laberinto
Latente bomba de tiempo
La feroz confrontación que mantienen grupos de autodefensa, además de haber propiciado un sin número de muertes, pone en alto riesgo a la población civil. La explosión, antier, de un coche-bomba en Xaltianguis, municipio de Acapulco, puso en alerta máxima al Estado Mexicano.
Cuando el gobernador Héctor Astudillo Flores, apenas tenía cinco meses de haber arribado al cargo, en Tierra Colorada, municipio de Juan R. Escudero, se suscitó un enfrentamiento entre dos grupos antagónicos de auto defensas; el saldo fue de media docena de muertos, heridos y “levantados”.
El Estado Mexicano y sus tres órdenes de gobierno tuvieron que intervenir -en medio- para que las autodefensas no se enfrentaran en el poblado de El Ocotito. Soldados, policías federales y estatales formaron una muralla para impedir que los “policías rurales” se mataran a balazos.
A la opinión pública le sorprendió que un grupo de autodefensa presuntamente fue el que hizo explotar el coche bomba, en Xaltianguis, municipio de Acapulco, donde resultaron dañados seis vehículos y una barda resultó derribada; no hubo heridos ni muertos a causa de la explosión.
Personal de Ejército Mexicano y la Fiscalía General del Estado (FGE) a cargo de su titular, Jorge Zuriel de los Santos Barrila ya investigan sobre la explosión del coche bomba para deslindar responsabilidades, aunque para la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, “no se trató de un acto terrorista”.
De los Santos Barrilla, titular de la FGE, dijo que dos grupos antagónicos se disputan el control del territorio, y calificó el acto como un “hecho aislado”, y que se sabe de cuatro personas como autoras materiales de la explosión.
Para el promotor de las autodefensas, Bruno Plácido Valerio y el comandante de la Policía Ciudadana, Ernesto Gallardo “fue un acto terrorista”. En esa demarcación están enfrentados los grupos Upoeg y Los Dumbos, lo reconoce el propio Bruno.
“Ambas organizaciones armadas se llevan muy pesadito”, manifestó el gobernador Astudillo Flores; tal declaración no le gustó a Bruno; sin embargo, el mandatario estatal ha intervenido mediante la policía (estatal) para que la gente de Plácido Valerio no se enfrente a grupos antagónicos y evitar que la población civil resulte dañada.
Inmediatamente que explotó el coche-bomba en Xaltianguis, a través de las redes sociales se difundieron ayer los daños provocados; el vehículo es un Sentra -Nissan- color blanco, al parecer robado, pero otros medios difundieron que el vehículo pudiera ser propiedad de un medio de prensa -impresa- de Acapulco, lo cual no fue confirmado.
Lo que si se confirma es que los grupos de autodefensa hacen trabajar al Estado Mexicano las 24 horas, debido a la fuerte pugna -a muerte- que mantiene la Upoeg con otro antagónico.
El Estado Mexicano, tiene que erogar recursos para salvaguardar a la población civil, misma que corre alto riesgo de quedar en medio de grupos armados antagónicos.
Hasta el momento el gobierno estatal que encabeza el mandatario Astudillo Flores, ha ido sorteando y resolviendo diversos conflictos, además de la espiral de la violencia que baja, pero no cede.
Por su experiencia política y gobernanza, el mandatario Astudillo Flores, ha tenido que lidiar no solo con sectores radicales como la mafiosa Ceteg, sino con grupos armados de auto defensas que son un riesgo latente. Prácticamente el gobernador Astudillo Flores se ha convertido en “apaga-fuegos”.
El partido Morena también le genera y alienta conflictos al gobernador Astudillo Flores, mientras los diputados locales de ese partido para nada que le ayudan, pues están cegados de poder y exhiben una voracidad sin límites para el dinero del presupuesto del Congreso.
Afirman que los 24 legisladores de Morena NO se han bajado sus salarios, y siguen ganando 260 mil pesos mensuales, lo cual es un insulto para la inmensa población guerrerense que vive en la pobreza…Punto.