Deja un muerto enfrentamiento entre policías y armados en Acapulco
ACAPULCO, Gro., 27 de abril de 2019.- El especialista internacional en seguridad, el colombiano Juan Jairo García González, coincidió con el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador de atender a los jóvenes para hacer frente al tema de la inseguridad en el país y sostuvo que es posible revertir que México tenga cinco de las ciudades más violentas del mundo.
Durante su ponencia en el foro Diálogos para la construcción de Ciudades Seguras realizado en el puerto, el también ex asesor de despacho de Medellín, dijo que México está construyendo una “nueva forma de mirarse (entre) sociedad y estado”, y agregó que no deben importar las diferencias cuando “la línea en la que se tiene que ir el curso de este país tiene que ser compartida”.
García González expuso de su experiencia cuando formó parte del gabinete del ex presidente de Medellín César Gavira Truillo y de las estrategias implementadas para bajar los índices de criminalidad, entre las que incluye la participación ciudadana.
Mostró una tabla en la que muestra que Tijuana y Acapulco son las dos principales ciudades más violentas del mundo, además de incluir a Ciudad Victoria, Tamaulipas y Ciudad Juárez, Chihuahua e Irapuato, Guanajuato.
Sin embargo, reconoció que los homicidios de Tijuana y Acapulco, no alcanza la cifra de la criminalidad de Medellín en 1991, el cual era de 381 homicidios por cada 100 mil habitantes y que ahora en 2015 fue de 20 por cada 100 mil.
Aseguró que bajar los índices de violencia en estas ciudades no es imposible pero enfatizó que es un reto ciudadano, el cual, el gobierno mexicano “lo está cogiendo por donde es”, calificando como acertadas las políticas de seguridad y convivencia implementadas por López Obrador.
Dijo que se debe dejar de naturalizar la violencia y hacer ejercicios de descontaminación visual y cultural para entender su entorno. Expresó que el ciudadano es el primero en saber de un hecho delictivo y si no denuncia no se puede brindar la seguridad, por lo que se debe generar confianza y proximidad social en las autoridades.