México ante su mayor amenaza
El acuerdo era no abrirse.
Pero desde agosto pasado las tendencias comenzaron a decantarse.
Aquí anunciamos:
Tras la humillante derrota de julio, el priísmo pidió a Claudia Ruiz Massieu retirarse de con dignidad –si algo quedaba- de la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Había, cierto, un interesado en ocupar su lugar: Alejandro Moreno Alito.
Había consenso en parte de la nomenklatura:
Los gobernadores, pues reclamaban una reconstrucción urgente de su organización para no ir a la debacle –otra más- en las elecciones de junio de 2019.
Pero surgieron las voces del establishment y sugirieron esperar el cumplimiento del período para el cual llegó la sobrina de Carlos Salinas de Gortari: agosto de 2019.
Se abrió un impasse.
Luego las impaciencias se impusieron y al frente de ellas se puso el propio Alito con su decisión de pedir licencia a la gubernatura de Campeche para buscar la presidencia del PRI.
La maquinaria comenzó a caminar y hoy no hay vuelta atrás.
Con todas las incertidumbre como se maneja el partido en manos de Claudia Ruiz Massieu, pues hay dudas de convocatoria, tiempos de campaña, topes de gastos y votación interna.
ALITO Y LA OPERACIÓN CICATRIZ
En esto se han dado dos reuniones importantes.
Claves, podría calificarlas.
En la primera, celebrada en la Casa de Gobierno del Estado de México, se mencionó la delantera mediática de Alejandro Moreno, Alito, y así surgió el nombre de José Narro Robles.
Pero antier estuvieron los gobernadores priístas otra vez en Toluca –excepto la sonorense Claudia Pavlovich, según las crónicas- y hubo respaldo generalizado al campechano.
-Nada firme –me aclaró un gobernador presente-; yo no promoveré a ninguno y que los priístas decidan.
Sí hay, en cambio, avance de varios de ellos.
José Narro Robles anda muy activo y tiene el respaldo de los cuadros más tradicionales del PRI, pero eso no le garantiza el respaldo de toda la estructura nacional del partido.
Alejandro Moreno, Alito, cincela un respaldo creciente en las bases y cuenta con estructura en todos los estados con el respaldo, como está dicho, de varios gobernadores.
Atrás vienen Ivonne Ortega, Ulises Ruiz, Lorena Piñón y José Ramón Martell.
Cada uno trae una fracción y sus alianzas pueden ser importantes en algún momento, pero Alito sabe de su fuerza y difundió en Twitter una fotografía con el siguiente mensaje:
“La gobernadora y los gobernadores del Partido Revolucionario Institucional, siempre trabajamos por lograr consenso a favor de México y de la unidad del PRI”.
Y SURGEN VOCES DE DESÁNIMO
1.- Así como hay voces de respaldo, Alejandro Moreno Alito escucha recomendaciones de desánimo.
La principal de ellas:
-¿Vas a dejar la gubernatura por una aventura? Apenas ganarías unas diputaciones más en la elección intermedia de 2021.
Él está firme.
2.- Es interesante escuchar de Isabel Miranda de Wallace un dato esperanzador: en Guerrero se ha reducido la tasa de secuestros.
Por su parte, el gobernador Héctor Astudillo impulsa la educación como mecanismo para mejorar la convivencia del estado y la disminución de la violencia.
En Chilpancingo entregó un edificio nuevo e instalaciones rehabilitadas de varios planteles para atender a miles de alumnos.
Se ha fijado la meta de atender por lo menos 171 planteles en la capital del estado.