Sin mucho ruido
Se incendia el mundo
La semana pasada, las noticias internacionales se referían a los incendios que arrasan la selva amazónica, uno de los pulmones de nuestro planeta, a quien se le asigna la responsabilidad de emitir, casi nada, el 20 por ciento del oxígeno de nuestra atmósfera. Las redes sociales reaccionaron con virulencia señalando al presidente ultraderechista de Brasil, Bolsonaro como culpable de esta tragedia ambiental y clamando por la ayuda internacional y la consciencia social para sofocar las llamas. Sin embargo, como generalmente sucede, la “furia de redes” se extinguió más rápido que las flamas amazónicas y parece haber sido una moda más de pseudo ambientalistas, que de manera superficial ignoraron otras zonas del planeta que son presa del fuego, incluso con mayor intensidad que los de la selva amazónica, como África, Subsahariana, zona que acumula el 70 por ciento del área quemada a nivel mundial, contribuyendo así con un porcentaje de 25 a 35 por ciento” del total mundial de las emisiones de gases anuales responsables del efecto invernadero; o en Siberia, donde los extensos bosques se queman y su lejanía dificulta el acceso a brigadas contra incendio, ocasionando que las llamas avancen masivamente sin control alguno. Hay más: Alaska (USA), el Ártico, Canadá, Gran Canaria (España), Portugal y Tailandia, reportan cantidades importantes de incendios forestales en sus territorios.
¿QUE OCASIONA LOS INCENDIOS FORESTALES?
El fuego es parte omnipresente de la naturaleza: un rayo ocasiona incendios, no digamos una erupción volcánica, pero también la simple acumulación de materiales orgánicos bajo ciertas condiciones climáticas o ambientales puede generar fuego de manera espontánea. El hecho trágico es que de cada cinco incendios forestales, cuatro son ocasionados por el hombre y solo uno obedece a origen natural.
Haciendo recuento, resulta ignorado el motivo del 50 por ciento de todos los incendios forestales registrados porque son numerosos los factores que de manera natural o antropogénica son causales de fuego. Entre las naturales destaca el clima: temperaturas ambientales elevadas, sequía prolongada, disponibilidad de combustibles como hojas secas o zacates, la sequedad de la vegetación, su contenido de humedad y la cantidad de vegetación viva. Los vientos, influyen poderosamente en la propagación e intensidad del fuego. En cuanto a las antropogénicas, la cifra es prácticamente desconocida o infinita, porque existen causas de incendio muy evidentes, como el corto circuito en una línea eléctrica de alta tensión que corre en medio de un bosque, pero tan sutiles como el paso de un tren cuyas ruedas metálicas corren sobre los rieles, también metálicos y generan una chispita que prende la vegetación seca circundante. Lo que si se ha contabilizado es que el 40 por ciento de los incendios antropogénicos obedecen al ancestral método de preparación de tierras de cultivo, o tlacolol, como se le llama en Guerrero, pero que aún persiste casi en todo el mundo.
IMPACTO NEGATIVO DE UN INCENDIO FORESTAL
La fauna más afectada es la de menor movilidad, por ejemplo, los invetrebrados, como lombrices del mantillo superficial del suelo. Otras especies, como aves y vertebrados de mayor movilidad, pueden huir hacia zonas limítrofes con las áreas incendiadas e irán recolonizando la zona a medida que se va regenerando la cubierta vegetal, siempre y cuando los incendios no sean repetitivos ya que en este caso, emigrarán definitivamente.
Un incendio reduce la cubierta vegetal que hacía de “paraguas” al agua de lluvia. Parte de esta se evaporaba regresando a la atmósfera, aunque la mayor parte correrá sin freno por la superficie reseca e impermeabilizada por cenizas o residuos del fuego, erosionando todo a su paso y como no se trasmina al subsuelo, afectando considerablemente los mantos freáticos que dejan de recibir el aporte normal de líquido.
Las aguas que logran penetrar ese suelo impermeable están muy turbias debido a la elevada presencia de partículas y cenizas en suspensión. El material en suspensión y los nutrientes que llevan en disolución llegan a contaminar las aguas del subsuelo. Además, la posterior sedimentación de estos materiales va azolvando los fondos de los ríos, estuarios y embalses.
En un incendio forestal se liberan grandes cantidades de CO2, de compuestos nitrogenados y otros más. Los compuestos más contaminantes se liberan cuando la combustión es incompleta, cuando el frente de fuego es muy rápido o en las combustiones humeantes posteriores al incendio. Las partículas de carbón y las cenizas son otro de los problemas atmosféricos que causan los incendios y tienen efectos diferentes según su tamaño.
La pérdida de suelo por erosión es el daño ecológico más grave ocasionado por los incendios y es difícilmente recuperable por la destrucción de sus características físicas, químicas y biológicas iniciales. Tras el incendio la cobertura normal del suelo, sus estratos de vegetación desaparecen y queda un suelo cubierto por cenizas que tambiéndesaparecen con el viento y las primeras lluvias y así flujo de agua sobre el terreno incendiado se incrementa dejando a su paso un suelo erosionado
Los incendios también alteran la actividad bacteriana y de los hongos, responsables de procesos biológicos de suma importancia en el suelo. En el caso de las bacterias existe una esterilización inicial, debido a los efectos de la onda de calor y la desecación del suelo.
El paisaje es un elemento integrador de muchos valores imposibles de evaluar únicamente bajo parámetros medibles. Globaliza valores estéticos y emotivos, culturales, científicos y ecológicos. Con el incendio forestal se destruyen los ecosistemas y se malogran todos los múltiples usos de los montes y el paisaje: naturales, ecológicos y productivos, así como los referentes al ocio. Tantos son los impactos ecológicos de los incendios que, además de ser imposible cuantificarlos económicamente, es difícil analizarlos bajo una visión psicológica o estética.
¿QUE SE HACE EN MÉXICO PARA PREVENIR INCENDIOS FORESTALES?
En México existe un Programa Nacional de Protección contra Incendios Forestales, operado por la Comisión Nacional Forestal y 13 instituciones del gobierno federal, además de gobiernos estatales, municipales, propietarios de los bosques y particulares que, además de la adquisición de equipos de radiocomunicación, aeronavales para detección, así como de herramientas manuales y especializadas realiza acciones de:
ESPERANZA
Si bien la opinión pública mundial la semana pasada se volcó indignada contra el mandatario carioca, al que responsabiliza de la proliferación de incendios forestales en la amazonia brasileña y lo forzaron a buscar soluciones al problema, en general este apoyo mediático hacia los incendios forestales es efímero y desaparece en unos cuantos días, dejando paso a otras noticias, otros escándalos, otros circos que atraerán la morbosa y simplona opinión mundial en las redes sociales. Sin embargo se empieza a notar que las sociedades y los políticos en general, excepto los necios o estúpidos, están tomando consciencia del asunto, como parte conjunta del calentamiento global del planeta y se trabaja, aunque a pasos muy lentos, para establecer medidas que minimicen e idealmente solucionen el problema.
OPINION PERSONAL
Como muchas otras cosas en México, la simulación gubernamental parece afectar también las labores para prevenir incendios forestales y castigar a quienes los ocasionan. Y es que realmente no tendría por qué ser difícil, evitar o minimizar la cifra de 40 por ciento de todos los incendios provocados por el hombre a consecuencia de la preparación de tierras de cultivo. Si los campesinos conocen técnicamente el problema, a fondo y se les apoya con recursos, insumos, personal y planean sus quemas, ellos mismos vigilarían que las cosas se hicieran bien y seguramente se reducirían las conflagraciones que nos ocupan. Solo faltaría que de verdad se dedicaran los recursos a tales fines y que se organizara bien a los campesinos, cosa que dudo quieran hacerlo los gobernantes y si no, nada más hay que ver como se pone Chilpancingo de humo todos los años, por ahí de mayo o junio y nos preguntamos: ¿Será tan difícil que el gobernador Astudillo solucione el problema, por lo menos en la capital del Estado? Como lo que se ve no se juzga, solo queda concluir que al mandatario guerrerenses le vale gorro que se quemen los bosques de Guerrero y no le meterá lana. Respecto a organizar a los campesinos, supongo que solo de pensarlo se persigna; ya con los maestros debe tener suficiente.