Teléfono rojo
El presidente López Obrador, cumplió el 1 de septiembre con su obligación de presentar por escrito al Congreso de la Unión su Primer Informe de Gobierno y anexos del estado que guarda la administración pública. Su mensaje en Palacio Nacional es parte del ceremonial mediático para decir su verdad al pueblo de México.
En años recientes, los ex presidentes hicieron lo mismo, ante la imposibilidad de presentarse en el Congreso de la Unión y rendir el informe ante la representación popular. Este año no será la excepción, no obstante que Morena tiene mayoría en las Cámaras de Diputados y Senadores.
El informe no es más que el concentrado y recuento de las acciones realizados en un año de ejercicio fiscal con el soporte estadístico y contable que se descarga al Congreso de la Unión y a la Auditoría Superior de la Federación para efectos auditables de los recursos ejercidos por todas las instituciones que reciben recursos públicos de los tres órdenes de gobierno.
El 2 de julio del año pasado. Peña Nieto cedió virtualmente el gobierno a López Obrador y a partir de ese día, no ha parado de “informar” al pueblo de las acciones de su gobierno.
En este periodo conocimos sus decisiones de cancelar obras de infraestructura ya iniciadas y programas federales de impacto social para sustituirlos -en algunos casos- por otros, así como el adelgazamiento de instituciones y la burocracia federal, para ajustarse a la “austeridad republicana”; generar ahorro (subejercicio) cuyo destino se desconoce, pero se intuye que se aplicará en sus proyectos estratégicos del sexenio: el Aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y el Corredor Transístmico.
Con su particular estilo de gobernar, el presidente se preocupa por “mantenernos informados” de lunes a viernes y los fines de semana de gira en los Estados. El único que le ha marcado y opacado la agenda mediática a tuitazos es Donald Trump, quien ha obligado a nuestro señor presidente a realizar acciones concretas para evitar confrontarse y plegarse a sus indicaciones. ¡Amor y paz! ha dicho.
“Desmantelar al gobierno corrupto de la mafia del poder” es su propósito y “cambiar el régimen”
su objetivo, para conducirnos a la
“economía moral”.
De los temas pendientes como son la inseguridad y el crecimiento, seguiremos atentos, porque para informar, ¡todos los días son del señor presidente!
Como siempre, usted tiene la mejor opinión.