Sin mucho ruido
La presea del capricho político
La máxima presea que otorga el Congreso de Guerrero a ciudadanos notables que han aportado al espíritu de los Sentimientos de la Nación, en este año la nueva mayoría priísta y aliados en una demostración de fuerza, decidieron otorgarla a dos jóvenes estudiantes del Conalep, triunfadores en un certamen intraescolar nacional de robótica.
Nada especial. Un certamen entre estudiantes del Conalep del país celebrado en Quintana Roo, ni siquiera entre estudiantes de nivel medio superior de la República, sólo para los alumnos de este Colegio, que tiene como recompensa un premio para asistir a un evento similar a Japón.
Para reconocer el talento de estos jóvenes hubiera sido mejor otorgarles una beca económica sustantiva que les posibilite realizar estudios profesionales en universidades de excelencia en donde puedan desarrollar su talento y no sólo una medalla que por ahorita no les sirve de nada. O, más aún, reconocerlos con la beca y entregarles el premio anual a la juventud, pero no la presea Sentimientos de la Nación que fue creada con otros fines bien establecidos.
La acción en sí misma desmedida, ideológicamente irracional de la nueva mayoría priísta y aliados en el Congreso de Guerrero, contraviene las mismas reglas de la convocatoria del certamen, que no busca legítimamente reconocer el esfuerzo de los jóvenes talentosos provenientes de una región tradicionalmente marginada, sino oponerse y avasallar a la propuesta realizada por la bancada de izquierda morenista, por cierto, más cercana a los objetivos de premiación del certamen. Y demostrar a los cuatro vientos, la nueva correlación de fuerzas, la nueva hegemonía en tiempos de la 4T, quien manda en esta soberanía.
“Que se otorga a nacionales o extranjeros que sean dignos de portar dicho reconocimiento, tomando en cuenta su cercanía a los principios del Primer Congreso de Anáhuac y de los ‘Sentimientos de la Nación’, como son: la lucha por la paz, la democracia, la defensa de los derechos humanos y, en general, a los más altos valores de la humanidad”, dice la convocatoria para “tan alta condecoración”.
La propuesta de la izquierda era reconocer a las periodistas Carmen Aristegui y Lidia Cacho, las dos mujeres víctimas del poder y la intolerancia machista, sexista del ancien régime, las que en defensa de sus derechos desataron una ejemplar lucha en pro de los derechos humanos de todos los mexicanos.
Aún en contra de toda lógica del certamen, los diputados del PRI, PRD, PT y MC votaron por los talentosos estudiantes, que más que presea requieren becas y apoyos económicos para crear trayectorias que después, si se lo merecen, les sea reconocida con medallas y pergaminos por los guerrerenses y todos los mexicanos.
El 13 de septiembre de 2014, los diputados priístas Héctor Astudillo Flores y Héctor Apreza Patrón, hicieron partícipe al escritor José Agustín Ramírez Gómez, para que reciba la presea Sentimientos de la Nación, durante la sesión solemne de la 60 Legislatura, que se realizaría en la Catedral de Chilpancingo, al cumplirse 201 años de la instalación del Primer Congreso de Anáhuac por José María Morelos y Pavón, leo en un periódico.
“A nombre del Congreso de Guerrero, nos sentimos orgullosos de entregar la presea Sentimientos de la Nación a un destacado guerrerense como José Agustín Ramírez que ha aportado su vida a la cultura y la historia de México”, dijo Astudillo Flores al entregar la invitación formal al escritor en su residencia de Cuautla, Morelos, sigue la nota periodística.
El actual diputado Héctor Apreza que acompañaba al entonces legislador y ahora gobernador, bien sabe de la importancia de la presea Sentimientos de la Nación que se instituyó en 1997.
El reconocimiento ha sido otorgado a personalidades como el ex presidente de España, Adolfo Suárez González (1977); la chilena, Hortensia Bussi, viuda de Allende (1998); el historiador Miguel León-Portilla (1999), el oncólogo Arturo Beltrán Ortega (2000); el ideólogo Othon Salazar Ramírez (2002); el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente (2005); el presidente de Bolivia, Evo Morales (2006); el tenor Plácido Domingo (2010), entre otros.
Hoy por capricho político será entregado a dos jóvenes estudiantes sobresalientes del Conalep, bien por los chavos, mal por los diputados, que con estas acciones demeritan los objetivos fundacionales de la presea que fue creada para reconocer la trayectoria y el mérito de ciudadanos que han contribuido en la construcción de “los más altos valores de la humanidad”.