Teléfono rojo
No hay ilegalidad.
La añeja práctica de condonar impuestos a los causantes –empresas, personas físicas, organismos civiles, lo mismo da- es culpa de los legisladores.
El tema toma actualidad por muchas razones.
Por el discurso presidencial, el cual ha fustigado ese recurso y lo ha colocado en el debate público dentro de su campaña de promoción personal.
Porque gracias a la organización civil Fundar, autodefinida como Centro de Análisis e Investigación, tenemos una aproximación al daño fiscal.
Según las cifras difundidas, de 2007 a 2005 –el período por el cual luchó jurídicamente- se perdonaron 274 mil millones de pesos.
Hoy, con aprovechamiento político e ideológico, se difunde: esos fueron los perdones otorgados por los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Cae en sus períodos porque el reclamo del organismo presidido por Ernesto Velasco Sánchez –su Consejo Directivo lo completan Kristina Pirker, Alberto Olvera, Emilienne de León y Jonathan Fox- corresponde a ese lapso.
Pero el esquema sigue.
¿Dónde?
En los transitorios de los paquetes fiscales aprobados por el Congreso de la Unión.
¿Por qué senadores y diputados de las legislaturas respectivas no están hoy bajo cuestionamiento?
Y LA PRÁCTICA SIGUE
De cualquier manera, los nombres de los beneficiados dan para la sospecha.
Son, diría el discurso actual, los machuchones.
Y entre ellos se encuentra ese dechado de virtudes purificado por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena): su presidenta.
Yeidckol Polevnsky, quien aspira a relegirse como presidenta del partido gobernante, se vio beneficiada con 16.4 millones de pesos.
Ayer, en entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva, ubicó el perdón a ingresos por nómina, lo cual significaría ingresos o negocios por más de 100 millones de pesos.
Mujer pobre no es, según esos datos.
Narró también:
En tiempos de Felipe Calderón le cayó –así se dice en el argot empresarial- una auditoría del Sistema de Administración Tributaria (SAT).
Hubo arreglo y la deuda quedó en los 16.4 millones narrados.
Pero eso es entrar en aspectos personales y no es la intención hablar mal de la señora Polevnsky, sino aspectos de trascendencia para el país.
Los transitorios siguen y las leyes fiscales otorgan ese beneficio a quienes tienen recursos para negociar o contratar fiscalistas.
¿Con cuántas cifras más nos escandalizaremos en el futuro?
El tiempo corre en la 4T.
OTRA DE LA COFEPRIS
1.- La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) sigue en el centro del debate.
Para muy mal.
Hace poco se supo que prohibió la distribución de Metrotrexato a enfermos de cáncer a pesar de no presentar defectos de fabricación del laboratorio Pisa.
Ahora el tema es la obesidad.
La Cofepris de José Alonso Novelo está omisa en ese problema y prefiere descargar en los legisladores la discusión sobre etiquetados a alimentos y bebidas.
Ellos, con menos recursos técnicos e información médica, deberán definir niveles grasas saturadas, sodio y energéticos.
Y 2.- el gobernador tamaulipeco Francisco García Caeza de Vaca negocia una campaña de seguridad con autoridades texanas.
Además de buscar a 28 desaparecidas en Nuevo Laredo, se elaborarán protocolos para proteger a pobladores locales y migrantes.