Teléfono rojo
La Luna tiene agua
La semana anterior estuvo marcada por dos hechos singulares en el mundo de la investigación espacial: la recolección de regolito en la superficie del asteroide Bennu y la confirmación de existencia de agua en la Luna.
Como seguimiento a esta columna Flecha Rota del martes pasado, continuaré con los recientes acontecimientos relacionados con sonda OSIRIS-REx que “tocó” el asteroide Bennu, ubicado entonces a casi 350 millones de kilómetros de la Tierra para colectar al menos 60 gramos de regolito, cuya edad se ubica muy cerca de los 4 mil 500 millones de años de antigüedad, tiempo en que se considera el origen del universo. Tales materiales han permanecido impolutos durante todo ese tiempo, viajando a través del frío espacio sideral y permitirán a los estudiosos entender mejor ese evento inicial.
Así, de acuerdo a las informaciones emitidas por la NASA, el jueves 22 de octubre, se recibieron imágenes que mostraban que la cabeza recolectora de la nave espacial rebosaba de material recolectado de la superficie de Bennu, muy por encima del requisito mínimo de 60 gramos, aunque también se reveló que algunas de estas partículas parecían escapar lentamente del cabezal de recolección a través de una “solapa” plástica que permite que el material entre fácilmente en el cabezal del colector y debe sellar para cerrar una vez que las partículas pasan. Sin embargo, las rocas más grandes que no pasaron completamente a través de la solapa hacia su depósito final parecen haber estorbado el cierre de esta solapa, lo que permitió que se salieran algunos fragmentos recolectados. Entonces, debido a que este evento de recolección de muestras fue tan exitoso y dada la fuga de materiales detectada, el equipo de la misión determinó acelerar el almacenamiento de muestras, originalmente programado para el 2 de noviembre, en la Cápsula de Retorno de Muestras de la nave espacial, para hoy martes 27, con afán de proteger y minimizar una mayor pérdida de muestras.
Asimismo se informa que, a diferencia de otras operaciones automatizadas de naves espaciales, OSIRIS-REx requiere la supervisión y la participación del equipo de Tierra que envía los comandos preliminares a la nave espacial para iniciar la secuencia de almacenamiento y así, una vez que complete cada paso en secuencia, la sonda nos manda telemetría e imágenes al equipo en la Tierra y espera nuestra confirmación para seguir con el siguiente paso. A lo largo del proceso, el equipo de la misión evalúa continuamente los datos y las imágenes y manda nuevamente el comando pertinente, buscando que los regolitos ingresen bien al depósito y verificar que ninguna partícula obstaculice el proceso de estiba. La misión anticipa que todo el proceso de almacenamiento tomará varios días, al final de los cuales la muestra se sellará de manera segura para el viaje de la nave espacial de regreso a la Tierra.
CONFIRMAN TOTALMENTE: LA LUNA NO ESTÁ SECA, TIENE AGUA
El Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja, SOFIA, de la NASA ha confirmado, por primera vez, la presencia de agua en la superficie de la Luna iluminada por el sol. Este descubrimiento indica que el agua puede estar distribuida por la superficie lunar y no solo en los polos o en lugares fríos y sombreados, como se pensaba.
El líquido fue detectado en el cráter Clavius, uno de los más grandes y visibles desde la Tierra, ubicado en el hemisferio sur de la Luna. Las observaciones anteriores de la superficie lunar habían detectado alguna forma de hidrógeno, pero no pudieron distinguir entre el agua y su pariente químico cercano, el hidroxilo. Los datos de esta ubicación revelan agua en concentraciones de 100 a 412 partes por millón, más o menos equivalente a una botella de agua de 355 mililitros, atrapada en un metro cúbico de suelo esparcido por la superficie lunar. Para comparar con algo conocido por todos, se señala que el desierto del Sahara tiene 100 veces la cantidad de agua que se detectó en el suelo lunar. A pesar de las pequeñas cantidades, el descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre cómo se crea el agua y cómo persiste en la dura superficie lunar sin aire.
El agua es un recurso valiosísimo en el espacio profundo, además de ingrediente clave de la vida y aun cuando falta determinar si el agua lunar es fácilmente accesible, este descubrimiento resulta de extrema importancia si se considera que estamos en la víspera de mandar humanos a nuestro satélite natural en 2024 y ciertamente, aunque no lo digan, establecer una colonia sostenible allí para fines de la década.
CURIOSIDAD TECNOLÓGICA DE GRAN UTILIDAD
Todos conocemos la pintura blanca y también sabemos que cualquier objeto pintado de blanco, se calienta mucho menos que otro igual pintado de color y más si es negro. En Acapulco, la gran mayoría de las casas habitación están pintadas de blanco, precisamente para reducir la temperatura interior, utilizar menos el aire acondicionado o el ventilador y ahorrar así en la factura de la energía eléctrica.
Menciono esto porque recientemente se publicó en Estados Unidos, la fabricación de una pintura “súper blanca”, fabricada con cristales de dióxido de hafnio y dióxido de silicio de diferentes tamaños y superpuestos en siete capas, logrando con esto reflejar hasta un 97 por ciento de la luz solar incidente y por ende, la temperatura superficial e interior.
Esto, sin duda, propiciará grandes cambios a nivel tecnológico, pero en términos prácticos, lo que le interesa al ciudadano común es que la aplicación de tal pintura podría representar, dependiendo de factores como las condiciones del clima o la contaminación atmosférica, un ahorro mensual de 50 dólares en la factura eléctrica para un hogar con 200 metros cuadrados de construcción.
¿Está bueno, o no, mi acalorado lector?