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SAN MARCOS, Gro., 7 de marzo de 2021.- Emma Ignacio, en sus 17 años como vendedora de pescado fresco en el mercado municipal, no había padecido una crisis económica, como la que ahora enfrenta a causa de la pandemia de Covid 19.
Las pérdidas económicas de Emma son casi del 70 por ciento, pero es más la incertidumbre por cuidar su salud; el miedo a contagiarse y la espera de la vacuna contra el Covid 19.
Emma, como muchos adultos mayores de este municipio de la región Costa Chica de Guerrero, desconoce el proceso de vacunación. En el pasillo de venta de pescado en el Mercado Central de San Marcos, más de 10 mujeres sólo tienen información básica del Covid 19. Autoridades les pidieron que usen cubrebocas, se apliquen gel antibacterial y que se queden en casa.
De marzo de 2020 a marzo de 2021, las ventas de pescado en San Marcos bajaron hasta un 70 por ciento, así lo relata Emma Ignacio. De 100 pesos que ganaba al día, calcula que ahora vende poco y obtiene 20 o 30 pesos de ganancia.
“Desde que la pandemia llegó, las ventas bajaron. No hay dinero, la gente tiene miedo a salir, a comprar, porque tiene miedo a contagiarse. Yo no puedo ir a Acapulco a escoger el pescado para vender, ahora me lo traen; antes iba, me iba a dormir allá al mercado campesino de Acapulco, para comprar bien temprano pero ahora nada, pero aquí estoy porque si no vendo aunque sea poquito, pues ¿Quién me va a dar de comer? ¿Cómo me voy a mantener?”, narra la vendedora.
Antes de la pandemia, Emma adquiría sus productos con pescadores de la comunidad de Tecomate, meses después comenzó acudir a Acapulco, porque sus paisanos dejaron de pescar por las medidas sanitarias.
Ahora, lamenta que ella no pueda ir a Acapulco a comprar pescado ante las restricciones sanitarias y porque forma parte de los adultos mayores, grupo considerado de mayor vulnerabilidad de contagio.
Ante las restricciones sanitarias, impuestas por los gobiernos estatal y municipal, como el cierre de mercados y los llamados de quedarse en casa, Emma asegura que la pandemia no le va a impedir vender, porque es su única fuente de ingreso y afirma que ella debe trabajar porque ningún gobierno está atendiendo al sector pesquero para enfrentar la pandemia.
Emma Ignacio tiene más de 60 años de edad, y con sus años de vida le preocupan dos situaciones: la primera es que la vacuna contra el Covid 19 llegue lo más pronto posible a San Marcos para que ella y todos los paisanos de su generación sean vacunados y no vivir con miedo de contagiarse.
La otra preocupación, es que la pandemia del Covid 19 termine ya para que la economía de San Marcos se reactive. Lamenta que sus paisanos pescadores de la comunidad Tecomate Pesquería tengan sus barcas varadas sin poder pescar y en consecuencia, ella como otras vendedoras, dependan de los pescadores de Acapulco, quienes en ocasiones dan el precio del producto muy elevado.
Emma, al igual que varias personas de este municipio, se resiste a creer todo del Covid 19, pero demanda a las autoridades que se establezcan condiciones para que la gente salga a trabajar y la economía no siga paralizada.