Cientos reciben el equinoccio de primavera en Tehuacalco
21 de marzo de 2016
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12:00
Jorge Alberto Martínez/Quadratín
CHILPANCINGO, Gro., 21 de marzo de 2016.- La mañana de este lunes aproximadamente 500 personas se llenaron de energía y recibieron el equinoccio de primavera en la zona arqueológica de Tehuacalco, en este municipio capitalino.
Tehuacalco se se ubica entre los poblados de Palo Blanco y El Ocotito ubicados en esta ciudad capital del estado, donde los asistentes esperaron la salida del sol esta mañana.
De acuerdo con uno de los encargados, de nombre Juan Salas pero mayormente conocido como Kenatzin o Kena, el ritual comenzó desde las 6:30 horas de la mañana, y alrededor de las 7:52 horas, las personas vieron salir el sol y alzaban las manos para que cargaran su energía.
El equinoccio (del latín aeqinoctium) que significa noche igual, es la fecha en el que los días tienen la misma duración que las noches, en todos los lugares de la tierra.
Los asistentes a esta zona arqueológica con vestimenta blanca, visitaron varios puntos del lugar, algunos parar orar, otros más para recibir el sol, según sus creencias o religión.
Otros más subieron a La Encinera, un cerro natural recubierto de lajas por los mismos señores yopinzingas para que sirviera de oratorio a sus deidades, otros se subieron a la pirámide y hubo quien prefirió orar a un costado de ésta.
Otro grupo grande de personas se quedó en la explanada principal, frente a El Palacio, una estructura con una base de 80 metros, donde los antiguos habitantes yopes también esperaban el equinoccio solar, en dirección al cerro La Compuerta, fecha que marcaba el inicio de la actividad agrícola y la consecución de actividades rituales.
Mil años después de su apogeo, Tehuacalco, que corresponde a los periodos epiclásico y posclásico temprano (650-1100 después de Cristo) vuelve a ser el centro ceremonial que edificaron los yopes, uno de los últimos señoríos de la época prehispánica que nunca se dejaron dominar por el imperio mexica.
El copal emana de las copas ceremoniales. El olor a humo y los sonidos guturales crean una atmósfera esotérica.
Kenatzin reconoció que este año hubo una baja de personas que acudieron al lugar a cargarse de energía, por ello creyó que era importante que las autoridades le volvieran a dar vida al lugar que fue abierto en 2008.
Las personas fueron bajando ya alrededor de las 10:30 hacia los lugares donde expenden comida, esto a orillas de la carretera federal México-Acapulco, ya que se colocan vendedores, algo que no sucedía en anteriores años donde a la gente se le permitía ingresar con alimentos y acampar para comer.