Intentan bloquear la Autopista y llegan antimotines de la GN en Acapulco
CHILPANCINGO, Gro., 28 de marzo de 2014. La Escuela Normal Rural de Ayotzinapa conmemoró 88 años de su fundación con una jornadas culturales, académicas y deportivas.
Por la mañana, realizaron un homenaje luctuoso en el que recordaron a sus compañeros caídos, entre ellos Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, acribillados por policías durante el desalojo a la Autopista del Sol en 2011.
En el homenaje participaron integrantes del Colectivo Contra la Impunidad y la Tortura, la Red de Organismos defensores de Derechos Humanos, la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y los padres de los alumnos asesinados.
El secretario general de la sociedad de alumnos, Alonso Márquez Nájera, recordó que la Normal Rural Raúl Isidro Burgos abrió sus puertas el 2 de marzo de 1926.
Desde entonces, dijo, la escuela jamás se ha quedado callada ante las injusticias, motivo por el cual el gobierno la considera un foco rojo.
Por su parte, el estudiante Román Radilla Hernández subrayó que la combatividad y acercamiento de Ayotzinapa con la población, los han llevado a participar en movimientos por causas justas.
“Llevamos 88 años combatiendo injusticias”, expresó el integrante de la sociedad de alumnos.
Dijo que, aunque las voces de varios políticos, funcionarios y ciudadanos des informados se han alzado para exigir el cierre de la institución, Ayotzinapa se mantiene en pie porque representa una oportunidad para los hijos de campesinos, que por falta de recursos difícilmente pueden aspirar a la educación superior.
Los normalistas lamentaron que a pesar del compromiso del gobierno estatal de no continuar con la represión hacia la escuela rural, continúan los actos de hostigamiento.
El último ocurrió el 21 de marzo, cuando un desconocido se acercó a las instalaciones y activó en por lo menos cinco ocasiones un arma de fuego.
A pesar de la represión gubernamental y el repudio ocasionado a través de la desinformación en varios medios, los estudiantes de Ayotzinapa celebraron 88 años de vida combativa con eventos deportivos, pinta de murales, actos culturales y tradiciones como el porrazo del tigre.