Se suma Salud Guerrero a rescate de Soberanía Alimentaria
IGUALA, Gro. 30 de marzo de 2014.- Los aspirantes a la gubernatura del estado de Guerrero, el senador de la república, Armando Ríos Piter, y el secretario de Salud de Guerrero, Lázaro Mazón Alonso, coincidieron en unir esfuerzos para el combate contra la obesidad mientras caminaron, brincaron y bailaron sin lograr una coordinación de sus movimientos al ritmo de la música que puso una activadora física.
Este sábado por la mañana, ambos personajes acompañaron al personal docente del Centro de Actualización del Magisterio durante una caminata que partió de Patria Trigarante hacia la plaza cívica de las Tres Garantías, donde hablaron de la importancia que tienen los maestros con sus alumnos.
Cada uno se comprometió desde sus trincheras, tanto del Senado de la República como en la Secretaría de Salud (SS), a promover y gestionar iniciativas y recursos, además de implementar acciones que den resultado en el combate con la obesidad, pues el estado de Guerrero ocupa el primer lugar a nivel nacional.
Entrevistados por separado, el secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso, dijo que “los que hoy son enemigos, mañana son amigos y viceversa”, esto al cuestionarle que por segunda ocasión son colocados como adversarios políticos para su aspiración a la candidatura a la gubernatura del estado.
Al preguntarle si habrá un acuerdo entre ellos, respondió que sí porque Ríos Piter promociona cosas de Salud en el Senado, por lo que tiene todo su apoyo con
En tanto el senador de la república, Armando Ríos Piter, consideró que fue una agradable y positiva coincidencia con Lázaro Mazón a quien le reconoce ser un actor importante de Iguala.
Aseguró que la obesidad, un reto mayúsculo que hay que atacar por todos los frentes, es una de las coincidencias que tiene con Mazón Alonso, “yo espero que vayamos a fomentar las coincidencias, pues eso es lo que ayuda a los guerrerenses, independientemente del proyecto político”.
Finalmente el secretario de Salud, aseveró que no son tiempos de política.
Ambos se retiraron del lugar al concluir el evento, sin despedirse de mano, cada quien con su equipo de trabajo y sólo cruzaron miradas cuando les correspondió a cada uno dar unas palabras a los presentes.