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Médula
El toque de queda
La tarde y la noche del lunes pasado Acapulco vivió un absurdo “toque de queda” que impuso el temor a las actividades de la delincuencia organizada.
Las calles desiertas, sin peatones y automóviles, en una “drole de guerre” entre delincuentes y fuerzas militares-policiacas, en donde los habitantes y visitantes, encerrados en sus domicilios y habitaciones de hotel, utilizaron las redes sociales, algunos para enterarse del estado de cosas, otros para informar lo que pasaba en la vía pública y algunos para “subir mentiras” conscientes, o no, del gran daño que hacían a este centro turístico.
Los hechos todos los conocemos desde su origen: el domingo por la noche los delincuentes dispararon sus armas de fuego en un hotel donde se hospedan elementos de la Gendarmería Federal. Estos repelieron la agresión y persiguieron a sus atacantes por la avenida Costera.
Hubo, cuando menos, una muerte: un supuesto delincuente abatido en los alrededores de la hospedería donde se iniciaron los hechos.
En las redes sociales se anunciaba el “toque de queda” para el día siguiente, lo que no se había visto en Acapulco desde los últimos años de la Revolución, hace casi una centuria.
¿Cuál es la lectura obligada que debemos aplicar a lo vivido el lunes pasado?
1.- Que los tres niveles de gobierno combatan al crimen organizado y a los funcionarios y gobernantes que estén coludidos con el narcotráfico, caiga quien caiga, pues sin el apoyo de algunos miembros del sector público, y la impunidad que esto genera, no se hubiera llegado a este estado de cosas.
2.- Hacer cambios urgentes en las políticas de comunicación social que incluyan a las redes sociales, pues con la libertad excesiva de estas, se están convirtiendo en un peligro social, mientras el gobierno no mete ahí ni las manos. Y como muestra, están los hechos de la tarde y la noche del lunes pasado.
3.- Participar gobierno y gobernados en la reconstrucción de Acapulco. El Ayuntamiento de Acapulco recuperando las banquetas, plazas y playas, hoy propiedad del comercio ambulante; activo en la prevención del delito y combatiendo la corrupción que impera al interior del gobierno municipal.
Salvemos a Acapulco. Estamos a tiempo.