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CIUDAD DE MÉXICO., 31 de agosto 2014.- Desde el 19 de agosto, los cuatro mexicanos detenidos en Brasil viven en una situación judicial parecida a la figura de prisión domiciliaria: no pueden moverse más allá de un radio de 600 metros, rentaron un apartamento de dos cuartos y dos baños en el piso 16, en el edificio Terraco do Atlántico, un complejo con piscina, por el que estarían pagando entre 4 mil y 4 mil 200 reales mensuales (entre 1 mil 900 y 2 mil dólares, unos 26 mil pesos mexicanos), para enfrentar un juicio que puede durar varios meses.
La tesis de los cuatro mexicanos detenidos en Brasil es que ellos no patearon ni golpearon a David de Queiros Chaves, quien llevó la peor parte. Argumentan que fueron confundidos, porque había muchos hinchas mexicanos con sus respectivas playeras, de acuerdo con el expediente judicial.
Sin embargo, en el documento, cuya copia posee EL UNIVERSAL, la familia Chaves y testigos —como los policías— aseguran que los panistas fueron los agresores.