Sin mucho ruido
A escasos meses de que empiecen las campañas electorales para renovar el poder ejecutivo en Guerrero, es preciso hacer algunas reflexiones que nos permitan delinear las características del futuro gobernante suriano, dadas las condiciones precarias de nuestra entidad.
Un buen gobernante es capaz de generar la confianza e impulsar con su liderazgo el compromiso de la sociedad para llevar a la ciudadanía a un mejor nivel de bienestar. Con los programas sociales de avanzada seguramente se logrará ese cometido. La función primordial de un gobierno es buscar servir de la mejor manera a la sociedad.
Cuando llega un nuevo gobernante, se inicia una nueva etapa y forma de gobierno que debemos atender y comprometernos con responsabilidad. El gobierno entrante buscará como todos los anteriores atender las promesas de campaña y llevar a buen puerto los planes establecidos en su plataforma de campaña. Todo lo anterior sujeto a la disponibilidad recursos, pero lo más importante, sujeto a la voluntad de la sociedad.
El gobierno del estado representa la capacidad de ejercer una responsabilidad limitada. No me refiero a su capacidad legal establecida en las leyes, que como todos sabemos, es muy importante como la tarea educativa, de seguridad pública, de desarrollo, de infraestructura si no a su capacidad de maniobra en lo económico.
Pero un buen gobernante debe tener ciertas cualidades y habilidades para desempeñarse decorosamente en la función pública: liderazgo, para movilizar a todos los grupos de la sociedad en beneficio de todos. Capacidad administrativa para tomar decisiones de competencia para el gobierno que tenga impactos positivos en relación con la sociedad.
Capacidad de llevar una relación con la sociedad que sea de respeto, tolerancia y de compromiso. Corresponsabilidad de la autoridad con la sociedad, esta cualidad es quizá una de las más difíciles de llevar a cabo, por la enorme tentación que tiene el gobernante de realizar acciones para la sociedad y no exigir de ella nada a cambio.
Detener la espiral de violencia en la entidad, es otro de los compromisos del futuro gobernante a la sociedad. Y es que el miedo que ha alcanzado a la ciudadanía por la guerra contra el crimen organizado en los tres niveles de gobierno tiene paralizado al ciudadano. Esperamos que con sus buenos oficios, con la ayuda de expertos y probidad innata, seguramente habrá menos hechos violentos que lamentar.
Otra característica es la honestidad, pero no cualquier honestidad, un buen gobernante es honesto todos los segundos de su mandato. La sociedad juega, sin duda , un papel importante junto con la opinión pública para señalar cuándo se viola esta cualidad por cualquiera de los integrantes del gobierno y del Poder Judicial para acabar con la impunidad.
Junto a la honestidad, la transparencia, alimento de la coparticipación ciudadana y elemento sin el cual es difícil hacer un buen gobierno. Hay que estar atentos a la apertura que debe acompañar al gobernante y que poco a poco debemos erradicar. Los asuntos públicos atañen a todos.
Efectividad y eficiencia en el manejo de los recursos públicos. No se trata solamente de realizar gastos e inversiones, sino de hacerlos en donde se obténgale mayor beneficio social. Las técnicas en la ciencia económica existen para evaluar todo, la voluntad política es la que a veces falta para realizarlos.
Todo esto esperamos de Armando Ríos Piter y estamos seguros lo cumplirá cuando gane la gubernatura, y será un buen gobernante para Guerrero.
ES CUANTO
Consultor