Reciben familiares el cuerpo de la mujer policía asesinada en Alcozauca
COCHOAPA, Gro., 7 de diciembre de 2013.- La Policía Comunitaria de Olinalá entregó despensas y ropa que fueron donadas por personas solidarias de Seattle, Los Ángeles y Mexicali, a mujeres de San Miguel Amoltepec el Viejo. Las indígenas viven entre la neblina resguardadas solo por láminas, sin recibir atención médica, sin apoyo gubernamental, sin reubicación.
Desde el camino de terracería se observa el pueblo sepultado, un poco más arriba, el campamento en el que se resguardan de las altas temperaturas los niños, mujeres y hombres que suman 80 familias Nasa vi que perdieron sus viviendas y cosechas.
La PC adherida a la Casa de Justicia de El Paraíso de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, arribó después de recorrer más de 150 kilómetros desde Olinalá para dejar “el modesto apoyo que juntaron los paisanos en Estados Unidos y la frontera” indicó a los desplazados el comandante Jesús Coronel.
Una niña está enferma, su familia no sabe de qué, pero le pusieron tintura de violeta. Jesús Vázquez Ruíz, maestro en esta población afectada desde septiembre por los fenómenos meteorológicos “Ingrid” y “Manuel”, tradujo lo que comentaron las mujeres a los comunitarios. Sus esposos, así como el comisario, acudieron a realizar gestiones a Tlapa o a buscar trabajo.
Mientras un par de niños, pegan números en su cuaderno dentro de una frágil casa con paredes de sábana, mujeres jóvenes con niños en brazos, abuelas, cuentan que aunque ha pasado tiempo no saben donde serán reubicados, el gobierno tiene abandonada a la comunidad.
Vázquez Ruíz, relató que representantes del gobierno le hicieron firmar un documento, en el cual se afirmaba que habían dotado de aula móvil a la comunidad, aunque solo les dieron una lona usada para los trailers, que llevaron despensa a la Montaña, “¿la quieres o no? Es lo único que te vamos a dar”, recordó el maestro que le dijo una funcionaria de la cual no supo su nombre.
No hay atención médica regular, llega un médico y les da una plática pero “sufrimos cuando alguno se enferma, una señora le tuvo que coser el pie a un hombre que se cortó con su machete, vienen una vez al mes pero a veces ni eso”, se quejó una mujer adulta mayor, otra señora recordó que una vez fueron a San Miguel el Nuevo pero el médico mostró una actitud agresiva. El maestro retomó la palabra y reclamó que mientras en otras comunidades ya están construyendo las casas, allí no hay nada.
Vázquez Ruíz tradujo a las señoras que no hablan español las palabras de la PC de Olinalá, quienes relataron que los apoyos se juntaron a propuesta de organizaciones civiles, así como de la familia de Nestora Salgado García, presa injustamente acusada de secuestro por combatir a la delincuencia, y luego afirmaron que “no están solos, venimos a decirles que cuentan con nosotros, estamos unidos en la Montaña”, aseguró Miguel Zapoteco.
El docente de Amoltepec el Viejo reclamó que en su pueblo acurre algo similar, con las denuncias al Ministerio Público contra policías comunitarios de Espino Blanco, que detuvieron a un joven que agredió a una persona, aparte, agregó que los pueblos protestarán de manera pacífica si las autoridades, siguen sin atender su situación como desplazados.
Los niños sonríen, algunos descalzos, otras con manchas en el rostro, otras con el uniforme escolar mientras las mujeres agradecieron a la PC de Olinalá y solicitaron al gobierno libertad para Nestora Salgado.
A lo largo del camino se observó a mujeres tejiendo sombrero de palma que venderán a 40 pesos la docena aunque la palma la compran a mismo precio, es su trabajo dijo una nana. Antes de partir, una mujer con lágrimas en los ojos detuvo la camioneta de la PC y pidió un aventón para la casa de su madre porque su hermano “tomó cerveza y con su machete quiere pegar mamá, cada que toma pasa así”, dijo entre sollozos Feliciana León Saavedra de 21 años, originaria de Llano de las Piedras.
Más adelante, Policías Comunitarios de la Casa de Justicia de Zitlaltepec preguntaron a los comunitarios el propósito de su visita, les mostraron las credenciales que dio el gobierno y escucharon al comandante Coronel quien les explicó lo que habían hecho y ratificó que no iban armados, ante lo cual se despidieron y prosiguieron su regreso.