Hoja verde
Conocíamos la historia, también el desenlace. Los maestros oaxaqueños enseñaron otra vez lo que mejor saben: exigir, amagar y chantajear; estirar la liga y reventar al Gobierno.
Poco importa si los profesores abandonaron a su suerte a 1 millón 300 mil alumnos y paralizaron 13 mil 500 escuelas en las ocho regiones del estado…
Desde la #CDMX, los docentes vociferantes pidieron paciencia a los impacientes; secuestraron “la esquina de la información”… y de paso tomaron como rehenes a miles y miles de capitalinos; pusieron a temblar Miguel Ángel Mancera, y le hicieron “manita de puerco” al Subsecretario de Gobernación Luis Enrique Miranda; por cortesía, los patrones de la CNTE invitaron de testigo mudo a su “empleado”, el (des)gobernador Gabino Cué.
Los maestros ganaron la batalla; finalmente lograron su cometido; el Gobierno pagará a 81 mil 300 profesores –sin más retraso– los salarios caídos de enero, motivo de la protesta que los trajo de “visita” al DF.
Sin embrago, el verdadero móvil de la protesta era impedir la aplicación de la reforma educativa, comenzando por la federalización de los pagos. El magisterio oaxaqueño no estaba dispuesto a ceder ni un ápice el poder que le ha permitido quitar y poner profesores a su antojo, usufructuar plazas laborales y colocar a serviciales funcionarios de alto nivel en elInstituto Estatal de Educación Pública.
En esa calidad y con esa fuerza llegaron a Bucareli para salirse con la suya.
Para el Gobierno –tigre hambriento de credibilidad–, la negociación oaxaqueña pasaba por la condescendencia; la administración federal estaba dispuesta a ceder, siempre y cuando los plantados se “orillaran a la orilla”. Total, defender el rigor de la reforma educativa podrá esperar.
EL MONJE LOCO: Ocho mil maestros de la CNTE secuestraron a la #CDMX para proteger privilegios e impunidades. Muy interesante sería averiguar quién ha financiado la movilización, desde la compra de las casas de campaña –cuyo costo va de 500 a 5 mil pesos –dependiendo la capacidad de alojamiento–; 1 mil 700 se montaron en Paseo de la Reforma, y desde ayer en el Monumento a la Revolución. También súmese el costo de más de cien autobuses; cada viaje redondo desde Oaxaca al DF cuesta un promedio de 17 mil pesos por unidad, y mientras permanecen estacionados, el costo diario asciende a 3 mil pesos. Barato, barato, lo que se dice barato, no salió el democrático “plantón” que hoy debería terminar.
@JoseCardenas1| [email protected]| www.josecardenas.com