Corrupción neoliberal
“¡No vamos a perder! ¡Se las vamos a robar!”
Sucedió antes de la última visita del candidato del PRI a la Presidencia de la República, José Antonio Meade, a la orilla del mar, por la bahía de Puerto Marqués, en Acapulco, Guerrero.
Después de su salida de la Subsecretaría de Gobernación, el ex presidente municipal de Acapulco, ex gobernador del estado, se veía alicaído, él y su equipo en la entidad, que fueron excluidos del sorteo electoral para los puestos de representación popular en la entidad, el compromiso que compartió con su amigo Miguel Ángel Osorio Chong.
A los pocos días a ambos se les dio una nueva responsabilidad. A René Juárez Cisneros se le nombra coordinador de la campaña electoral en cinco estados del sur de la República: Ciudad de México, Morelos, Puebla, Guerrero y Tlaxcala, donde las encuestas no favorecen para nada al PRI. Como quien dice, el camino para el tricolor es todo cuesta arriba.
Previo a la visita de Meade a Guerrero hubo una reunión para evaluar las campañas de los candidatos en Guerrero y de los otros estados bajo responsabilidad del acapulqueño. Según uno de los participantes, además de Juárez Cisneros, estaban en el lugar Efrén Leyva Acevedo; el líder estatal del PRI, Heriberto Huicochea; y algunos actores en el proceso electoral 2018, entre ellos el candidato a presidente municipal de Acapulco, Ricardo Taja.
En la reunión se revisaban las encuestas a nivel nacional, estado por estado y el ambiente era de funeral. Mucho café y qué pesar.
Según los estudios demoscópicos, en estas demarcaciones el PRI perderá no sólo la Presidencia de la República, sino también senadurías, ayuntamientos y diputados. Un panorama cargado de nubarrones desde inicios de abril.
El único que conservaba el rictus relajado y la sonrisa permanente, era Ricardo Taja, a quien las encuestas tratan bien, y él, además, ya se siente con medio cuerpo adentro del despacho principal ubicado en el Parque Papagayo.
Las expresiones muy guerrerenses coloreaban el estado de ánimo. Las más suaves eran: “Está cabrón”, “Nos va a llevar la verga”, etcétera.
Un fuerte golpe en el escritorio rompió la pesadumbre. Y retumbó una voz en la sala.
–¡No vamos a perder! ¡Se las vamos a robar!
Algunos callaron, otros rieron. Pero todos festejaron la ocurrencia del Negro Juárez Cisneros.
Esto ocurrió en Acapulco antes de asumir la Presidencia del PRI. Y como dice el refrán: “Cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
Y cómo vuelve el viejo PRI, colérico, fortalecido tras derrotar al bando tecnócrata. Dice otro dicho que aplica para la realidad: “Sobre aviso, no hay engaño”.