Corrupción neoliberal
Informalidad laboral juvenil
El 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud y en el caso mexicano, este sector de la población enfrenta fuertes barreras sobre todo en educación y empleo, al grado de que este grupo poblacional tiene la tasa de desocupación más alta, de 6.4 por ciento, en el país, casi el doble que la tasa de desocupación nacional que es 3.5.
Peor aún, los jóvenes que ingresan al mercado laboral con un empleo informal tienen una mayor probabilidad de permanecer en condición de informalidad a lo largo de su trayectoria profesional.
En México, la tasa de informalidad general es de 55 puntos, pero entre las personas ocupadas de entre 15 y 29 años de edad, ésta se eleva al 66.9 por ciento. Es decir, casi siete de cada 10 jóvenes laboran en condición informal, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
El empleo para 32 millones de jóvenes que existen en el país se vuelve cada vez más precario e incluso inexistente.
De los 15 millones y medio de jóvenes que trabajan en México, 10.8 millones no tienen ingreso suficiente para lo más básico y 9.4 millones carecen de acceso a salud y seguridad social.
Pero la situación de jóvenes en las zonas rurales es aún peor: Hay 3.3 millones de jóvenes ocupados en estos territorios.
En México, la edad se puede convertir casi en un castigo para incorporarse al mercado laboral y acceder a un trabajo decente. En el primer trimestre del año, la tasa de desocupación general fue de 2.6 por ciento, pero entre las personas de 15 a 24 años de edad ese promedio se elevó a 5.7 por ciento.
En tanto, los jóvenes con una ocupación tienen un ingreso promedio de 6 mil 316 pesos mensuales, de acuerdo con las estimaciones del Coneval para el periodo enero-marzo de este año. Pero en el caso de los menores de edad que participan en el mercado laboral, las percepciones laborales promedio bajan hasta 2 mil 470 pesos por mes.
El empleo para 32 millones de jóvenes que existen en el país se vuelve cada vez más precario e incluso inexistente.
De los 15 millones y medio de jóvenes que trabajan en México, 10.8 millones no tienen ingreso suficiente para lo más básico y 9.4 millones carecen de acceso a salud y seguridad social.
Pero la situación de jóvenes en las zonas rurales es aún peor: Hay 3.3 millones de jóvenes ocupados en estos territorios.
En cuanto a la informalidad laboral por entidad federativa, la Región Pacifico Sur se ubica de los niveles más elevados. Oaxaca registró la tasa más alta con un 80 por ciento, seguido de Guerrero con un 79.3 y Chiapas con un 73.9 y Michoacán (67.9 por ciento)
Chiapas sea uno de los estados que cuenten con el mayor número de jóvenes que no estudian y tampoco trabajan. La condición juvenil se experimenta en esa entidad con grandes obstáculos y pocas oportunidades de desarrollo personal. Esto quiere decir que la acumulación de desventajas –las cuales repercutirán en la forma en que una persona llega al mundo adulto– resulta mayor que la acumulación de ventajas y capacidades.
Las características de los empleos que se ofrecen en Chiapas revelan lo dramático que resulta poder acceder a mejores condiciones de vida para los jóvenes: el trabajo no asalariado es dominante en la economía, el desempleo es considerablemente alto, y el sector terciario presenta el mayor grado de penetración, seguido del secundario y la agricultura.
En Guerrero la situación no afecta al sector juvenil sino también a los infantes. Existen 112 mil 540 niños, niños y adolescentes en ocupaciones no permitidas, que corresponde a 5.1por ciento del total nacional.
De acuerdo al Mapa de Riesgo de Trabajo Infantil en el estado hay 17 municipios que presentan riesgo bajo, 48 riesgo medio y 16 riesgo alto.
De las personas menores de edad que trabajan 80.87 por ciento son niños y 19.13 por ciento son niñas.
Michoacán se ubica dentro de las entidades con alta tasa de informalidad laboral en el país. En el tercer trimestre del 2021 llegó a 64.6 por ciento, mientras que para este año, en el mismo periodo, la entidad reflejó una tasa del 67.9 por ciento. En cifras concretas, un millón 500 mil 477 ciudadanos se encuentran en esta condición.
Aún con que en el tercer trimestre de este año la entidad reportó un aumento en la población ocupada de dos millones 209 mil 525 cuando en el 2021 fue mucho menor (en 83 mil 907 ciudadanos ocupados), la realidad es que la informalidad en 2022 se incrementó al grado de presentar una tasa del 67.9 por ciento, con una diferencia del 3.6 por ciento a la del año pasado.
En Oaxaca las juventudes que son originarias de localidades del interior del estado sólo tienen acceso directo a empleos informales, reveló un estudio realizado por Solidaridad Internacional Kanda (Sikanda) a través de su proyecto “Compas Joven” que busca la inclusión digna de las juventudes a las fuentes de empleo.
Ante la falta de oportunidades laborales o salarios insuficientes, muchas personas han optado por trabajar en múltiples empleos o emprender su propio negocio. Estas decisiones reflejan la necesidad de buscar alternativas para mantenerse financieramente estables en un entorno económico desafiante.
Muchos pierden el trabajo y muchos pierden, trabajando, la vida, diría la abuela.