En el juego
Los retos del nuevo gobierno
En unos días más tomará posesión el nuevo gobierno municipal y la expectativa es que, al tratarse de otra alternancia en el poder, se instrumenten políticas públicas que permitan recobrar la esperanza en el destino inmediato de este municipio.
Los desafíos que enfrentará la nueva administración comunal son enormes. El primero de ellos atañe al enfoque de la extensión territorial a gobernar. La cabecera municipal es Acapulco, pero también existe el área rural. Se trata de una porción en la cual se ubican 234 comunidades de las 220 tienen menos de dos mil habitantes y están dispersas.
El Acapulco urbano es la mayor concentración citadina en la entidad y la décimo sexta a nivel del país.
La ciudad, desde siempre, fue un poderoso que atrajo a grandes de grupos de personas que terminaron por engrosar la población.
Los desafíos torales que habrá de enfrentar el nuevo gobierno municipal son la insolvencia del aparato administrativo de gobierno por corrupción o una pésima administración.
Derivado de ello está el problema de la deficiente prestación de los servicios públicos estratégicos y de la inseguridad, además de la incapacidad para implementar políticas públicas de desarrollo social que permitan el abatimiento de la pobreza.
Acapulco es el municipio con mayor número de personas en situación de pobreza extrema en todo México y Cochoapa el Grande se ubica en segundo lugar entre los municipios con mayor porcentaje de su población en la misma condición.
De 771 mil 454 habitantes que tiene Acapulco, cifra de 2015, año de la última encuesta intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en la que se basa el Coneval, 93 mil 513 viven en condiciones de pobreza extrema que representan alrededor del 12.1 por ciento del total de su población.
En la lista de los municipios con mayor número de habitantes pobres en general, es decir, que tienen al menos una carencia social y un ingreso que no les alcanza para una canasta alimentaria y no alimentaria, Acapulco se ubica en séptimo lugar con 436 mil 947, es decir que el 56.64 por ciento del total de su población vive en situación de pobreza.
Superar esta condición de pobreza implica hacer una revisión profunda del modelo económico de desarrollo. El actual, sustentando en la monoactividad (turismo), se encuentra rebasado. Como producto turístico Acapulco ha perdido competitividad. Otro elemento clave es que el modelo económico de desarrollo ha sido distorsionado por la narcoeconomía y la violencia que se deriva de esa actividad.
Además de compartir los primeros lugares en pobreza extrema, Acapulco también tiene en común la violencia y en particular la perpetrada por razones de género.
La inseguridad, provocada por diversos grupos de bandidos delincuentes que pelean por el control de la plaza para poder vender sus enervantes, para secuestrar, para extorsionar, y para sembrar el terror.
Los gobiernos, tanto federales como estatales y municipales, no han sido capaces ya no digamos de acabar con este flagelo, sino ni siquiera de disminuirlo.
Es aquí donde se genera un círculo vicioso la violencia impacta negativamente al desarrollo de la economía y ésta a su vez genera desigualdad que llega a ser polarizada y eso termina por generar un caldo de cultivo propicio para el incremento de la violencia.
Esto es solo una panorámica de lo que habrá de enfrentar el nuevo gobierno municipal.