Impulsan la Uagro y TEE Guerrero diplomado sobre justicia electoral
CHILPANCINGO, Gro., 30 de marzo de 2014. Más de 2 mil personas marcharon en el poblado de Tierra Colorada, municipio de Juan R. Escudero, para conmemorar el primer aniversario del ingreso de la Policía Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
Hombres, mujeres, ancianos, niños y jóvenes, amas de casa, estudiantes, jornaleros, transportistas, comerciantes y población en general salieron a las calles, para celebrar la paz que se vive desde hace un año en el municipio, con la llegada de la UPOEG.
La movilización inició a las 10:00 horas sobre la carretera federal, en el punto conocido como Crucero de Ayutla.
Al frente, una lona azul con el rostro de Guadalupe Quiñones Carbajal, comandante de la UPOEG que fue privado de su libertad y asesinado por la delincuencia organizada.
El asesinato de Quiñones Carbajal fue el detonante para que la Policía Ciudadana ingresara al municipio de Juan R. Escudero; su cuerpo se encontró el 25 de marzo de 2013 al interior de un taller mecánico, a cien metros del entronque de la vía hacia Tecoanapa.
Al día siguiente, más de 2 mil 500 policías de la UPOEG ingresaron a Tierra Colorada y tomaron la seguridad del municipio. Por ello, el rostro del comandante Quiñones encabezó la marcha popular.
Detrás, la escolta y banda de guerra de la escuela secundaria, estudiantes de diferentes niveles y un contingente de pobladores vestidos de blanco en señal de paz.
Posteriormente, el grupo de mujeres policía de la UPOEG, seguidas por unos 500 elementos de la Policía Ciudadana, que ataviados con su uniforme verde, portaron sobre el hombro los rifles viejos de un sólo tiro, con los que erradicaron a la delincuencia organizada.
A medio contingente, otro grupo de pobladores encabezados por Bruno Plácido Valerio, dirigente y fundador de la UPOEG.
La marcha avanzó sobre la carretera federal y posteriormente ingresó al pueblo, donde se unieron más personas a la movilización.
Las campanas de la Iglesia repicaron para anunciar el ingreso del contingente al pueblo; desde la llegada de la Policía Ciudadana hace un año, se convirtieron en la señal de alerta para convocar a los habitantes en caso de cualquier eventualidad, tal como ocurrió en Dolores, Hidalgo, con el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
Música de viento, bailes tradicionales, globos, porras y confeti alegraron el paso de la marcha, que llegó al centro del pueblo y se congregó en la cancha techada de basquetbol.
Ahí, el dirigente de la UPOEG envió un mensaje a los habitantes de Tierra Colorada y recordó la forma en que la Policía Ciudadana ingresó al municipio.
“Nosotros no venimos a confrontarnos con nadie, pero a la delincuencia la teníamos que sacar como fuera. Este sistema de seguridad y justicia ciudadana surgió hace más de 18 años, gracias a varios compañeros que se atrevieron a agarrar las armas y que hoy no están con nosotros… Ellos murieron pero cumplieron con su objetivo”, dijo Plácido Valerio al inicio de su discurso.
Recordó que el 25 de marzo de 2013, al enterarse del asesinato del comandante Quiñones Carbajal, advirtió que “iría con todo si tocaban a un compañero”.
En ese entonces, amenazó que se cobraría con 10 delincuentes por cada policía comunitario que muriera en la lucha por erradicar al crimen.
Al día siguiente del asesinato del comandante Quiñones, más de 2 mil elementos de la UPOEG ingresaron a Tierra Colorada y en menos de un año, expulsaron al cártel de Los Rojos, grupo delictivo que operaba en la zona.
“No ha sido fácil, perdimos la vida del compañero, pero cada paso que da la UPOEG es un paso firme que no tiene reversa ni semáforo que lo pare. Así llegamos aquí y hoy no estamos celebrando, estamos recordando que sí es posible caminar juntos, que sí es posible erradicar la delincuencia, que sí es posible recuperar al pueblo de las manos de los criminales”, dijo Plácido Valerio al micrófono.
El dirigente social reconoció que el paso de la UPOEG no ha sido fácil, pero aseguró que vale la pena sacrificarlo todo para lograr la tranquilidad y luchar por la dignidad de los pueblos.
Puntualizó que, en tan sólo un año de presencia de la Policía Ciudadana en Tierra Colorada, hay paz y tranquilidad.
Detalló que hay una disminución del 95 por ciento en índices delictivos y seguirán en la ruta del desarrollo social, para dar estabilidad a los pueblos.
Para Bruno Plácido Valerio, el levantamiento del pueblo fue el primer paso para lograr la dignidad y seguridad.
Entrevistado posteriormente, el comandante de la UPOEG, Neftali Villagomez Hernández detalló que hay un aproximado de 400 elementos de la Policía Ciudadana en Tierra Colorada.
“Nuestra policía es humilde, es del pueblo, pero preferimos sufrir de comida y de dinero antes que ser controlados por el gobierno”, expresó.
Dijo que desde la llegada de la UPOEG, en Tierra Colorada se vive una “libertad absoluta”.
Explicó: “Ahora los puestos de comida venden hasta los cuatro o cinco de la mañana y antes no éramos libres de salir después de las ocho de la noche, porque ya nos estaban levantando a la gente”.
Por su parte el comandante Ernesto Gallardo, coordinador regional de la UPOEG, detalló que actualmente el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSYJC) agrupa a 4 mil 824 policías, en 15 municipios de las regiones Acapulco, Costa Chica y Centro.
Casi 300 elementos son mujeres que, al igual que los hombres, tomaron las armas para erradicar la delincuencia.
La marcha concluyó con una exposición de bailes regionales y música de viento; varios pobladores se sumaron a los comentarios sobre el éxito de la Policía Ciudadana y recordaron que antes sufrían de levantones, secuestros, extorsiones, robos, cobro de piso, balaceras y demás ilícitos por parte de la delincuencia organizada.