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ACAPULCO, Gro., 20 de marzo de 2017.- Mientras el alcalde de Acapulco argumentó que la placa del siglo XVIII que indicaba el camino al Fuerte de San Diego no fue tapada con granito y que “fue robada hace tiempo”, integrantes de la Academia Mexicana de Arquitectura que pidieron la intervención de las autoridades federales afirmaron haberla visto unos días antes de que iniciara la obra que la ocultó.
Se trata de una pieza de cantera que data del año 1786 y que indicaba el camino al puente San Rafael por el que en la época colonial se llegaba al Fuerte de San Diego.
Esta pieza y unos cañones del fuerte fueron rescatados e incorporados por el arquitecto Pedro Pellandini Cusi al Monumento por el Centenario de la Erección de Guerrero como Estado Libre y Soberano, en 1948.
La placa de cantera pintada de blanco se encontraba en el primero de los cubos del mismo color que integran la estructura donde está colocado el busto del General José María Morelos y Pavón, de quien existe la leyenda de que se apostó en el puente de San Rafael para detener la huida de sus tropas en el ataque al Fuerte de San Diego.
Debajo de la pieza histórica, en la base del monumento, se encontraba también una placa metálica alusiva a su inauguración.
A solicitud de la Asociación Mexicana de Arquitectura el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) acudió a pedir que pararan los trabajos en los que los profesionistas acusan que la pieza histórica fue cubierta con granito.
El director del Museo del Fuerte de San Diego, Víctor Hugo Jasso, confirmó que se pidió que solamente se trabajara en las jardineras y la banqueta en lo que el INAH determina los daños a la placa colonial, sin embargo los empleados municipales continuaron trabajando en la estructura, como informó Quadratín.
Sin embargo en entrevista con medios de comunicación el pasado viernes el alcalde Evodio Velázquez negó esa instrucción y dijo que lo que el organismo del gobierno federal encargado de la vigilancia de los monumentos y sitios arqueológicos e históricos sólo pidió que el pasado martes se le diera a conocer el proyecto del que dijo había un presupuesto de la anterior administración “que no se ejerció y hoy lo estamos ejerciendo”.
Afirmó también sobre la pieza colonial del siglo XVIII que “la placa fue robada hace tiempo y se está reponiendo”, lo cual fue considerado imposible por el integrante de la Academia Mexicana de Arquitectura Francisco Javier Cabrera Betancourt.
“No es posible pensar en que vamos a reemplazarla, no podemos reemplazar una joya del siglo XVIII cuando el mismo material, la misma cantera ya no es auténtica, ese es el valor precisamente (la antigüedad)”.
Sostuvo que “esa pieza ahí está oculta y si alguien la buscara en este momento podría hallarla, porque tuvimos oportunidad de verla días antes, estamos buscando los testimonios y eso no pueden robárselo, para robárselo la iban a despedazar”.
También el arquitecto Marco Antonio Mondragón desmintió la versión del robo de la placa que consideró hubiera sido notorio.
“Estaba perfectamente bien enmarcada por el mismo concreto del monumento y revestida, de tal forma que al tratar de robarla tendrían que haber abierto un boquete muy grande para sacarla, que tendría que haber sido notorio, no es admisible la teoría de que se la hayan robado sin que nadie lo haya notado”, aseguró.
También dudan que se esté ejerciendo un presupuesto de la anterior administración como argumentó el alcalde ya que la Academia participó en el Consejo de Urbanismo en las acciones que determinaron la renovación del Plan Director Urbano de Acapulco en 2015.
“Desconocemos totalmente de que hubiera ese recurso y repito me parece que hacerlo un año y medio después, pone en duda cualquier aseveración al respecto”, dijo Cabrera Betancourt, quien afirma además haber sido enterado por un funcionario del INAH del que no reveló el nombre, que sí se ordenó para los trabajos al Ayuntamiento y que incluso se levantó un acta administrativa.
Agregó que “simplemente fue una acción en la que la autoridad municipal no tuvo la precaución de asesorarse debidamente para poder llevar las acciones que tenía consideradas dentro de los cauces que exige toda intervención para este tipo de edificaciones, al no asesorarse pues simplemente incurre en equivocaciones que llegan a convertirse en acciones fuera de la Ley”.
Dijo que “no se consulta a la sociedad civil” y que por no recurrir a los órganos auxiliares que como el Consejo Municipal Ciudadano están indicados en la Ley de Desarrollo Urbano bajo ninguna circunstancia el Ayuntamiento tomó en cuenta los mínimos cánones para proteger el monumento y que no perdiera la originalidad de su estilo, de su forma, o de los elementos históricos con los que cuenta.