Sin mucho ruido
¡No me ayudes compadre!: dicho popular.
Teniendo encima la temporada de lluvias y huracanes en el Océano Pacífico que inició el 15 de mayo y habiendo caído los primeros chubascos en la zonas Norte, Centro, Acapulco y Sierra del estado, un enorme “huracán” de máxima categoría en la escala Saffir-Simpson amenaza el territorio de Guerrero, previamente quemado por incendios provocados por los tlacololeros en la preparación de la tierra, y ¡el fertilizante no llega!
Dirigentes y campesinos han manifestado reiteradamente su inconformidad de que “aún no se hayan entregado los insumos agrícolas” necesarios para la siembra del maíz, frijol y arroz, lo que pone en riesgo la productividad y la paz social en el campo guerrerense.
El Gobernador Héctor Astudillo, dijo “que no se raja” y que ha tratado de ayudar para que haya una distribución oportuna del fertilizante y que “esperaba que en este fin de semana haya sido entregado el abono” a los productores de las regiones de la Tierra Caliente, Centro y Montaña; reconociendo “que hay un retraso muy visible en la entrega del abono” a los 329 mil 380 campesinos aprobados que se inscribieron en el nuevo padrón que integró la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno federal
El titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, Juan José Castro Justo, reconoció la preocupación y molestia de los productores, porque “ya cayeron las primeras lluvias”, lo que podría provocar la tormenta social perfecta para crear un conflicto en el campo de Guerrero que nadie desea, adicionado a los problemas que causan las llamadas “policías comunitarias”.
Por estas y otras razones, en Guerrero, no necesitamos un problema más, ya que el gobernador Astudillo ha dicho que “es el principal interesado” en mantener la gobernabilidad y tranquilidad social en nuestra entidad federativa.
Ya se dió el primer escarceo, al ser retenidos soldados del Ejército y policías estatales en la Sierra, ante el incumplimiento en la entrega de los insumos a los campesinos de esa región.
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