
Teléfono rojo
Glamour espacial y flechas por internet
El pasado 30 de mayo, despegó desde el Centro Espacial John F. Kennedy de Florida, en USA, la misión Crew Dragon Demo-2, llevando dos tripulantes hacia la Estación Espacial Internacional, ISS.
Como su nombre lo dice, el objetivo de esta misión era llevar dos astronautas de la NASA a la órbita terrestre, con la finalidad de probar o demostrar l funcionabilidad de un vehículo de fabricación privada, la Dragon, impulsada también por un cohete recuperable privado y hecho también en Estados Unidos, el Falcon 9, los cuales fueron capaces de terminar con la dependencia que durante 9 años tuvieron los gringos de los rusos para llevar sus astronautas a la ISS, tras culminar la vida útil de los transbordadores espaciales, utilizando las cápsulas Soyus
Muy probablemente mi confinado lector haya tenido oportunidad de vivir estos hechos en vivo a través de la TV y redes sociales, por lo que obviaré hablar de la trascendencia de este asunto y reflexionaré únicamente sobre el nuevo, glamoroso y teatral espectáculo espacial, estilo 2001 Odisea en el Espacio que nos ofrecieron la NASA y SpaceX en sus transmisiones.
Primero que nada, los trajes espaciales; lejos quedaron aquellas imágenes de astronautas vistiendo burdos trajes de vuelo anaranjados, con válvulas, cables y tubos que sobresalían groseramente al frente y un pesado casco; además, los gruesos guantes que por sus diferentes capas de aislamiento dificultaban la manipulación de lo que fuese.
En esta ocasión, precisamente en pos de esa teatralidad, digo yo, los trajes de vuelo de los astronautas fueron diseñados por un “chicano” destacado, pero no en el ámbito tecnológico o ingenieril, como sería de suponer, sino en la industria cinematográfica. Se trata de José Fernández, diseñador del traje de Batman, Thor, Spiderman, Capitán América y también “modisto” de grupos musicales como Daft Punk y Black Eyed Peas. Los trajes, llamados Starman, se hicieron bajo criterio estético, ajustados, cómodos, flexibles, modernos, bonitos y luego el equipo de SpaceX se encargó de dotarlos con las últimas tecnologías. Aunque los Starman no sirven para dar paseos o caminatas en el espacio porque carecen de protección radiológica y no pueden funcionar independientes en el vacío espacial, si protegerían a los pilotos en caso de una despresurización en la nave, proveyéndoles oxígeno y protección ante la falta de presión, tal como lo hacen los trajes naranjas de la NASA.
La cabina de la Dragon, no escapa a este nuevo concepto estético espacial. Lo primero que destaca en su interior es la ausencia de instrumentos convencionales: innumerables apagadores, focos de colores, diales y demás artilugios que hasta ahora habían caracterizado el interior de las naves espaciales. Todo eso desapareció para dar paso a un control tipo “joystick”, unas pantallas táctiles en cómoda posición frente a los astronautas y en un entorno azuloso con fondos blancos que otorgan al vehículo orbital un agradable e inusual ambiente minimalista que contrasta en términos absolutos con las antiguas naves espaciales.
En tierra, el personal de apoyo de la torre de lanzamiento, también vestía acorde al prístino entorno blanco, vistiendo trajes negros de pies a cabeza, con cubrebocas incluido y un número de un dígito en la espalda que los identificaba plenamente mientras manipulaban la nave unos y otros más anotaban en sus tablets, porque otra característica notoria de esta misión, fue la ausencia de papel y pluma, todo se hizo de forma electrónica, nadie sacó una libreta para anotar, simplemente en el vuelo de la Dragon, no se utilizaron de forma alguna y solo pudimos verlos 18 horas después del lanzamiento, cuando los astronautas Robert Behnken y Douglas Hurley ingresaron a la ISS, donde si había plumas, papeles, cables atravesados, cámaras fotográficas y desde luego, por todos lados, instrumentos, apagadores, medidores, luces y todo aquello que no existe en la Dragon SpaceX.
Lejos de criticar o calificar de superfluo el show mediático que representó este lanzamiento espacial, mi interpretación al respecto es más bien positiva, muy positiva, porque para mí demuestra que la tecnología espacial ya rebasó ampliamente un status primitivo, de investigación inicial, de arcaica o básica funcionalidad, para dar paso a un standard tecnológico que da por hecho la fiabilidad comprobada de sus componentes, sus artefactos y puede darse el lujo de pensar en cosas de “segunda importancia” como podrían ser el diseño de trajes de moda o de espacios bellos y agradables dentro del vehículo espacial.
En definitiva, para mí, esto es un avance imprescindible dentro de la viabilidad de los viajes interplanetarios, como el próximo viaje a Marte, donde los viajeros pasarán largas temporadas confinados en espacios muy reducidos.
TIRO CON ARCO VIA INTERNET
A partir de hoy, la Asociación de Tiro con Arco de Guerrero, que encabeza Villy Deloya Parra, inicia sus “cyber entrenamientos”, utilizando la plataforma para videoconferencia de Google. Entrevistado, Villy comentó que, si bien los arqueros que tienen su equipo propio y espacio de 10 metros no han dejado de entrenar, es necesario que tales entrenamientos se organicen y regulen para propiciar un adecuado desarrollo físico y control preciso de la técnica, tanto para buscar la mejoría de los tiros, como para evitar la posibilidad de una lesión.
Asimismo, “el Profe Villy”, explicó que se buscará contactar a entrenadores de otros municipios y otros estados para que ofrezcan webinars a los flechadores guerrerenses y se invitará también a grandes personajes y campeones de este deporte para que saluden a los locales y evitar que pierdan el interés en Tiro, por efectos de la prolongada contingencia biológica que, según se ve, no tiene para cuando terminar.
Así pues, vaya una felicitación a los lanzadores de flechas que podremos reintegrarnos, vía electrónica, a la práctica de nuestro maravilloso deporte. Bien por Villy.