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ACAPULCO, Gro., 23 de agosto de 2020.- Los contextos en los que trabajarán miles de maestros y educadoras en Guerrero durante las clases a distancia, no sólo serán de grandes retos, sino de “abismales contrastes”.
En la víspera del inicio oficial del ciclo escolar 2020-2021, modalidad impuesta por la pandemia de Covid 19, este mediodía Alexa y su mamá participaron en el primer pase de lista organizado para alumnos de nuevo ingreso de la primaria José María Morelos y Pavón de Chilpancingo.
En la conferencia por Zoom, la maestra encargada del grupo informó a las familias la forma en que trabajará.
Pidió a los padres y madres de familia su compromiso para que los pequeños estén frente a la televisión vestidos de blanco, arreglados y desayunados el próximo lunes desde temprano, como si acudieran a las aulas.
La familia de Alexa tiene a su alcance las herramientas tecnológicas necesarias para que ella concluya el primer grado desde su casa si así lo ameritan las condiciones de salud en el país y el estado.
Pero no todos los niños y niñas tienen la misma suerte de haber nacido en una ciudad.
El contraste
Es el caso de las familias de las comunidades apartadas, como aquella en la que trabaja la maestra de educación inicial Yolanda, quien solicitó discreción en el manejo de su nombre, pues es de las pocas que no saben cómo resolver desde la planeación, las evaluaciones y lo más importante: “que los niños aprendan”.
Ella trabaja desde hace cuatro años en una comunidad del municipio de Ahuacuotzingo, donde su escuela y unas cuantas casas tienen servicio de luz; el centro de salud queda a 50 minutos, en la cabecera municipal y donde el transporte público es escaso.
“Todos navegamos en el mismo mar, pero no estamos a bordo del mismo barco, porque mientras unos disfrutan del viaje en lujosos cruceros o yates, otros tenemos apenas una lanchita sin motor y debemos remar para avanzar, aún en contra de la corriente”, expresó.
Este año, dijo que los cursos de actualización enseñaron a las educadoras cómo canalizar sus emociones ante aquello que ha despertado la pandemia en las personas.
La empatía con los padres de familia, el trabajo colaborativo dirigido al grupo y diversas sugerencias, fueron parte de dicho curso.
No obstante, destacó que la presencia de las maestras en las comunidades que carecen de servicios básicos se vuelve crucial, pues la mayoría de sus habitantes son de escasos recursos.
“Asumí que la vocación, el interés por tener un mejor estado y el amor por los niños no serán suficiente sin el apoyo de nuestras autoridades, porque con la pobreza e ignorancia que hay en algunos sectores de la población, este ciclo escolar va a reflejar abismales diferencias que, si no las sabemos atenuar, habrá una mayor segmentación en el nivel educativo de niños que vivan en la ciudad, con los que vivan en la zona rural”, lamentó.