Tregua incierta
Adela, la honestidad y la capacidad
Una gran parte de los habitantes de Acapulco carece de agua potable, y en algunas colonias populares, así como en las unidades habitacionales construidas por el INFONAVIT, tienen más de un mes sin recibir el indispensable líquido.
Capama, ahora Coagua, empresa paramunicipal en quiebra económica, cuya deuda a proveedores, Comisión Federal de Electricidad y etcétera es de cientos de millones de pesos, siendo el fracaso más delicado de la actual administración municipal encabezada por Evodio Velázquez, por el riesgo para la salud pública que conlleva.
Otro de los fracasos peligrosos del actual Ayuntamiento es la deficiente recolección de basura.
Recientemente, los tiraderos sobre la vía pública en las zonas urbanas de los residuos desechados y de otros desperdicios, obligó a la Secretaría de Salud estatal a declarar una contingencia sanitaria que prudentemente fue levantada para no afectar al sector turístico, sensible a las noticias negativas que ocasionan cancelaciones en las reservaciones de cuartos de hotel. Empero, la basura en las colonias populares y en los barrios históricos permanecen como puntos negros, no así en las zonas turísticas donde afortunadamente ya se eliminaron.
Pero los acapulqueños que no habitan en las zonas privilegiadas, además de no contar con el servicio de agua potable, tienen que coexistir entre amontonamientos de basura, negando este triste hecho la justicia social que se refiere a la acción justa y equitativa de las acciones gubernamentales.
Lamentablemente, sigue habiendo dos Acapulco. Así ha sido desde tiempos inmemoriales, con gobiernos municipales de izquierda, o de derecha.
Evodio Velázquez Aguirre, próximo a concluir su gestión como presidente municipal, llegó al poder postulado por el izquierdista PRD. A los tres o cuatro meses de su gobierno fue señalado por la prensa y las redes sociales de mudarse de la colonia popular “Francisco Villa”, a una lujosa residencia en el fraccionamiento” Las Brisas”, donde las mansiones de suntuosa arquitectura tropical, todas con vista a la bahía, tienen un precio que supera los veinte millones de pesos.
Evodio nunca ha desmentido esa versión, por lo cual se aplica la conseja de que “quien calla otorga”.
Dentro de unos cuántos días, habrá un nuevo ayuntamiento municipal, presidido por la abogada Adela Román Ocampo.
La magistrada con licencia (del Tribunal de Superior de Justicia), fue candidata de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, institución política que como el PRD se alinea a la izquierda.
¿Habrá un borrón y cuenta nueva para no distorsionar la imagen de los partidos que se dicen no conservadores ni centristas?
No lo sabemos, pero sí, como todos los acapulqueños, que nuestro municipio está urgido de ser gobernado con honestidad y capacidad para el cargo que se desempeñe.