Sin mucho ruido
AMLO, Adela, Héctor y el gatopardismo
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En un país como el nuestro, que ha tenido desde la consumación de su independencia gobiernos de caudillos tanto liberales como conservadores, dos emperadores “de opereta” que lindaron en la ridiculez; de patriotas y vende patrias, de autocracias y dictaduras de partido y de presidentes buenos, mediocres o malos, la democracia que aún no se termina de construir, no es cuestión de fe, pero sí de credibilidad.
Próximos a ser gobernados por el líder izquierdista -populista Andrés Manuel López Obrador, vemos que la simulación sigue siendo la droga que mantiene adormilado al pueblo mexicano; que poco cambia en este país, y como apuntamos en el anterior Hontanar, todo gira alrededor de un gatopardismo que escuda a la impunidad.
Las consultas al “pueblo sabio”, tanto la pasada como la próxima, fueron y serán de una farsa carnavalesca.
Se cancelará la obra del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, no por decisión “del pueblo que todo lo sabe”, sino porque así lo quiere el presidente electo.
Habrá tren del sureste, pensiones a adultos mayores, becas para los llamados “ninis” y etcétera, después de una consulta simulada, y porque así lo quiere Andrés Manuel López Obrador.
Sí, la democracia no es cuestión de fe, pues no es nada teológica; es cuestión de credibilidad. Se gobierna con la ley y la verdad, y no con la burla y la mentira.
La sonrisa del cinismo es la bruma que cubre la faz del gobernante simulador, y eso lo sabemos muy bien los mexicanos, pues la historia ha sido pródiga en su enseñanza.
Decían Heródoto y Tucídides, cada uno en su época y en su obra, que si no conocemos nuestro pasado estaremos condenados a repetir nuestros errores.
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Hace unas madrugadas, el secretario de Planeación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Acapulco, Edmundo López García, conducía a exceso de velocidad por la Costera un automóvil oficial, según se dijo, en aparente estado de ebriedad.
En el accidente provocado por el funcionario, resultaron heridos unos turistas, por fortuna no de gravedad.
Los medios publicaron fotografías del funcionario dormido en el asiento trasero de una patrulla.
El imprudente noctámbulo renunció, quizá por vergüenza, pero su ahora exjefa está conservando su imagen, posiblemente para abrirle un huequito en su equipo de trabajo en un futuro no muy lejano, cuando todo quede en el olvido en nuestra desmemoriada sociedad porteña.
La alcaldesa declaró que López García no manejaba en estado de ebriedad al provocar el accidente: salió tarde de trabajar, y cansado se quedó dormido. ¡Oh!
Una vez más, el gatopardismo que escuda a la impunidad.
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La Fiscalía General del Estado anunció con bombo y platillo la detención de los presuntos asesinos del empresario acapulqueño César Zambrano, a quienes, según dijeron, capturaron en Zihuatanejo.
¡Pero no!
Los presuntos criminales fueron detenidos en Acapulco, tal como se ve claramente en un video grabado por una cámara de seguridad ubicada afuera de casa de los aparentemente “chivos expiatorios”.
¡Noticia falsa, justicia falsa!
El gobernador Héctor Astudillo Flores debe llamar a cuentas al joven Fiscal, que según se dice, es muy amigo de uno de sus hijos. Y si resultan inocentes los detenidos, cesarlo.
De no hacerlo así, don Héctor, como AMLO y Adela, fortalecerá al gatopardismo que escuda a la impunidad.