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Insensato regocijo
Salchichas y videos
Salía Otto von Bismarck del parlamento alemán en donde se acababa de aprobar una nueva ley que fortalecía al imperio, del cual él era canciller, y además primer ministro de Prusia. Entonces se le acercaron los reporteros que querían saber los detalles de la legislación.
El príncipe prusiano fue el gran unificador de Alemania, a la que convirtió en una gran potencia económica y militar. Guillermo II, emperador o Káiser, muerto Bismarck en 1898, perdió a quien lo moderaba, y en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial. El resultado ya todos lo conocemos.
-Príncipe, ¿cómo se legisló?
-Las leyes son cómo las salchichas: mejor no ver cómo las hacen.
Y, sí, no ha ser nada agradable ver cómo las hacen. Comerlas y no pensar en nada más. A su pariente cercano, el chorizo, también…
Lo mismo pasa con las leyes: hay que ventilar el salón al término de la sesión. Las negociaciones, la palabra misma y los acuerdos, emanan miasmas y hechos inmorales, que mejor hay que ignorarlos.
En el Congreso del Estado de Guerrero, hace unos días, compareció ante los diputados el director general de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA), Javier Chona, y como este es parte de un gobierno municipal perredista, tuvo el apoyo de los diputados de ese partido, y como contrarios a los congresistas priístas.
No se estaba legislando alguna ley trascendental pero en la modernidad, los diputados que casi no hacen leyes, para matar el tedio pueden citar a los funcionarios a comparecer ante ellos. Quien no atiende el citatorio, puede ir despidiéndose de la rica quincena, viáticos cuantiosos y otros privilegios, pues el Poder Legislativo es realmente poderoso, y ya no es en estos tiempos de modernidad sólo una mascarada para fingir el federalismo y la democracia misma, como vergonzosamente lo fuera anteriormente.
Javier Chona fue a cumplir con su presencia. Dirige una empresa paramunicipal en quiebra, que debe casi cien millones de pesos a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a los proveedores otra millonada.
Pero resulta que la noticia no fue la comparecencia de Chona, sino los ajos y cebollas, malolientes (guácala) que salían de la boca de dos de los diputados, uno del PRI, y el otro del PRD, Héctor Vicario Castrejón y Ociel García Trujillo.
Vimos un video en You Tube, y sufrimos de pena ajena.
El diputado Vicario llegó a media comparecencia. Al verlo el diputado García, le gritó: “¡Ya vienes a meter tus pezuñas!”, a lo que contestó el priísta: “No soy marrano, marrano eres tú”.
Estuvieron a punto de llegar a las manos, pero el diputado Vicario fue llamado al orden por sus compañeros, y el perredista, que profirió el primer insulto, ofreció una disculpa al priísta, que este aceptó.
Aquí, para enterarse de lo que pasó en el recinto, los periodistas no necesitaron preguntarle a nadie, pues al Congreso asisten cronistas parlamentarios, fotógrafos y camarógrafos y están más enterados los comunicadores de lo que pasa adentro que los legisladores.
Lo que da pena es el bajo nivel en el que se conducen algunos de los señores diputados, y su léxico de carretonero.
No hay que preguntar cómo se hacen las salchichas, recomendaba Otto von Bismarck.
Luego, no hay que ver los videos de las sesiones, pues dan tanto asco como ver en vivo y a todo color cómo se hacen los embutidos.