
Médula
Los últimos apagan la luz. Es el fin de una época, la democracia constitucional construida desde la pluralidad ha sido borrada de manera unilateral por una parte de sus beneficiarios, los que han decidido que el poder no se comparte, no se limita y no se suelta… porque ahora ellos lo detentan.
Para eso se han impuesto sin escrúpulos, gracias a la espuria mayoría calificada que atropella minorías y procedimientos legislativos.
Cambiaron el régimen político a toda velocidad y sobre las rodillas, improvisando, violando incluso lo que acababan de acordar, con múltiples fallas y recurriendo a facultadesinexistentes.
La Corte no lo evitó a pesar de la vulneración de derechos humanos, de haber trastocado de manera ilegítima el núcleo constitucional y de los claros signos golpistas-un voto se cayó sospechosamente en el momento crucial-, pero al menos describió el proceso en su descarnada impostura y dio una valiosa y pertinente lección sobre la Constitución y el Estado de derecho,enmendándole la plana a la ensoberbecida mayoría exigua delTribunal Electoral.
Dicha resolución de la SCJN respecto a las suspensiones dictadas en juicios de amparo sobre la elección judicial cierra la posibilidad de detener por vía legal el despropósito, pues reconoce que la medida no procede en materia electoral y pide a los jueces que las emitieron revisar la medida.
Pero, no obstante lo anterior, reviste de peso moral e históricoexponer las sinrazones, mezquindades y yerros del proceso, determinar con claridad las competencias y reprender a quienes ilegalmente se arrogaron el derecho de desacatar, así como a quienes autorizaron hacerlo sin tener facultades.
El sabor esagridulce.
El TEPJFestá incompleto por decisión dolosa del grupo en el poder que se rehusó a nombrar a los faltantes para no arriesgar el control que, habiendo solo cinco magistrados, les garantiza un granítico bloque de tres. Los dividendos han sido notorios.
Con la inconstitucional sobrerrepresentación que les obsequiaron han podido modificar la Constitución en solitario y a discreción.
Como gusta decir López Obrador, amor con amor se paga… y en la reforma judicial les extendieron el mandato a los integrantes del tribunal hasta 2027. A pesar de lo obsceno del quid pro quo, no es lo peor que hemos visto.
El Ejecutivo y el Legislativo, controlados por la misma voluntad suprema, decidieron desacatar lo que resolviera el Judicial.
El INE, aunque también está capturado, tiene algunos consejeros independientes, otros todavía conservan algunos residuos de pudor y querían al menos respetar las formas. Así que al régimen se le ocurrió usar a la mayoría de tres magistrados del TEPJF para que éste diera el permisoal órgano electoral de no cumplir las suspensiones judiciales.
Cualquier estudiante que haya sacado 6 en Civismo sabe que las autoridades solo pueden hacer lo que la ley las faculta expresamente ypor ningún lado de la Constitución se encuentra competencia alguna del Tribunal Electoral en juicios de amparo; pero eso no los detuvo.
También se autoasignaron la facultad negada con todas sus letras en la reforma judicial de interpretar la Carta Magna para que el Senado pudiera sustituir al Comité de Evaluación del Poder Judicial.
Eso sí, se les olvidó que son garantes de los derechos político electorales de los ciudadanos y dejaron en la indefensión a todos los candidatos que cumplían con los requisitos yque fueron excluidos de la tómbola por una ilegal criba ideológica, la cual no fue fundada ni motivada.
El pretexto es un monumento a la impune arbitrariedad: el daño es irreparable, aseguran, porque los comités que se cansaron de violar la norma decidieron disolverse en cuanto entregaron las listas. ¡Qué conveniente!.
Ya habrá tiempo de hacer un recuento de la interminable cadena de errores, inconsistencias y fallas de la elección judicial, la cual será un ejercicio sin mínimas garantías democráticas, impúdico simulacro de clientelas acarreadas con acordeón en mano que acabará con la división de poderes, favorecerá el comercio de la justicia y permitirá la infiltración del crimen.
Eso sí, la farsa tiene responsables y deberán hacerse cargo de las consecuencias.