Teléfono rojo
Rudeza innecesaria en redes sociales
En el primer trimestre del año la violencia en el país se disparó 18 por ciento y se prevé que 2018 cierre con 33 mil víctimas.
Según GEA-ISA del pasado 8 de septiembre al 6 de mayo se registraron en el país 88 asesinatos de políticos.
En Guerrero hace unos días fue asesinado el candidato a diputado local Abel Montufar Mendoza y otros aspirantes a cargos de elección popular han denunciado amenazas contra sus vidas recientemente.
Aunque nos indigna a todos, lamentablemente, en medio de la polarización y la efervescencia electoral muchas personas colaboran inconscientemente con el clima de violencia.
La intolerancia a quienes expresan una preferencia política distinta a la suya y son atacados con insultos y hasta amenazas, no contribuye al deseo común de vivir en una sociedad pacífica y de respeto a las libertades.
Estoy en desacuerdo con que comunicadores repliquen mensajes que invitan a asesinar a un candidato como sucedió con el reconocido periodista Ricardo Alemán, pero también con los simpatizantes irracionales proclives al recurso fácil de matar al mensajero con insultos cuando algún ciudadano manifiesta una opinión positiva hacia algún candidato o partido diferente al suyo.
En ambos casos se abusa de la libertad de expresión. En el primero porque no hay crítica, sino una invitación abierta a cometer un crimen; en el segundo, porque se utiliza esa libertad para impedir que otro ciudadano ejerza la suya. Eso no abona a la democracia ni a la paz.
Tampoco concuerdo con amordazar las redes sociales, pero sí creo necesario concientizar a que no abonemos a la violencia verbal y fomentemos el respeto a las personas.
Andrés Manuel López Obrador dejó claro en una entrevista en el programa Tercer Grado que los otros aspirantes presidenciales no son sus enemigos, sino sus adversarios.
Otro llamado a la mesura y a que se escuchen las propuestas en vez de las descalificaciones la hizo el candidato a diputado federal Eduardo Cueva Ruiz en el violento Acapulco quien ha pedido que el proceso electoral se lleve a cabo con respeto.
A final de cuentas, insultar a alguien no hará que se esa persona vote por el candidato o el partido de su agresor, de ahí que la violencia verbal contra quienes piensan diferente en las redes sociales sea una rudeza innecesaria.