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CIUDAD DE MÉXICO, 13 de enero de 2021. — El aumento sustancial del trabajo a domicilio a raíz de la pandemia de Covid 19 ha puesto de manifiesto las deficientes condiciones de trabajo de muchos que laboran a domicilio, alrededor de 260 millones de personas en todo el mundo antes de la crisis.
Los trabajadores a domicilio, cuyo número ha aumentado sustancialmente debido a la propagación de la pandemia de Covid 19, deben gozar de mayor protección, según se señala en un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Puesto que el trabajo a domicilio tiene lugar en la esfera privada, en la mayoría de los casos es “invisible”. En los países de ingresos bajos o medianos, por ejemplo, casi todos los trabajadores a domicilio (el 90 por ciento) desarrollan su labor de manera informal.
Suelen estar peor que los que trabajan fuera de casa, incluso en profesiones más cualificadas. Los trabajadores a domicilio ganan en promedio un 13 por ciento menos en el Reino Unido; un 22 por ciento menos en Estados Unidos de América; un 25 por ciento menos en Sudáfrica y alrededor del 50 por ciento en la Argentina, la India y México.
Los trabajadores a domicilio deben afrontar asimismo mayores riesgos en materia de seguridad y salud y poseen un acceso más restringido a los programas de formación que las personas que no trabajan a domicilio, lo que puede repercutir adversamente en su trayectoria profesional.
En el informe Working from home. From invisibility to decent work (Resumen: El trabajo a domicilio: De la invisibilidad al trabajo decente) se pone de manifiesto asimismo que los trabajadores a domicilio no poseen el mismo grado de protección social que los demás trabajadores. También son menos proclives a formar parte de un sindicato o figurar en convenios colectivos.
Según estimaciones de la OIT, antes de la crisis de Covid 19 había alrededor de 260 millones de trabajadores a domicilio en todo el mundo, a saber, el 7.9 por ciento del empleo mundial; el 56 por ciento de esos trabajadores (147 millones) eran mujeres.
Entre esos trabajadores figuran personas que trabajan a distancia de forma ininterrumpida, así como una gran cantidad de trabajadores que llevan a cabo una labor no automatizada en el sector de la producción, por ejemplo, tareas de bordado, artesanía o montaje electrónico.
Una tercera categoría de trabajadores, la de las personas que desempeñan su labor a través de plataformas digitales en el sector de la prestación de servicios, por ejemplo, tramitación de reclamaciones de seguros, edición de textos o inscripción de datos a los efectos de formación de sistemas de inteligencia artificial.
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