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Médula
El fenómeno del K-pop
Una vez más, Asia nos enseña cómo hacer las cosas.
¿Recuerdas aquel video viral, allá por 2012, del famoso “baile del caballo”? Seguro quedaste tan desconcertado como yo. La primera vez que lo vi, no había pasado ni un minuto para preguntarme “¿Pero qué carajos es esto?” Gangnam Style, de PSY, pertenece a un género con una historia realmente sorprendente: el K-pop.
Sí, literalmente es música pop originaria de Corea del Sur. Al principio puede sonar como algo normal; todos los países hacen música, sí, pero el K-pop es una industria multimillonaria, que acrecentó de manera sorprendente la economía coreana desde un triste 29° puesto, hasta posicionarse entre las 10 mejores economías del mundo. ¿Pero cómo pudo ocurrir semejante milagro?
1984. Una de las ridículas herencias del dictador surcoreano Park Chung-hee: restricción musical. Toda producción musical presente en el país debía ser positivamente nacionalista, o baladas apropiadas para todo público. Entonces llegan los Seo Taiji & Boys, no sólo a fascinar con sus increíbles habilidades, si no a cambiar completamente la historia de Corea, y de la música en todo el mundo. Sólo recrea este escenario: El público televisivo de una Corea tradicional, acostumbrada a escuchar himnos coreanos disfrazados de música pop o baladas “para abuelitos”, sorprendido con la guardia baja por un grupo de muchachos vestidos con estilos populares en la cultura hippie del lejano Estados Unidos, haciendo sorprendentes pasos de bailes y cantando sobre su precaria situación cultural.
El público maravillado, los jueces tradicionales desconcertados, depositando pocas esperanzas en esos cinco muchachos “no tan talentosos”. Ni siquiera el propio grupo creía que alcanzarían una fama que crecería y crecería sin parar en todo el país. Y lo más importante: perfeccionaron el estilo de grupos occidentales como los muy famosos Jackson Five, haciéndolos realmente un “grupo perfecto”; tras cuatro años de fama y un éxito que no paraba de crecer, deciden lanzar en 1996 un videoclip musical anunciando su retiro. Ya sabes, como todo buen escenario similar en nuestro lado del mundo: adolescentes llorando porque su banda de hombres guapos, talentosos y casi perfectos, se divide.
Entonces Corea tuvo una brillante idea: “No sólo tratemos de vender música, vendamos un producto cultural”. Y la buena Corea se pone las pilas; el gobierno coreano anuncia que dedicará al menos uno por ciento de su presupuesto total a las artes y la cultura. Mientras Corea logra formar una cultura musical moderna libre de las dictaduras, empieza a vender su producto cultural. Se funda una de las empresas que se convertirán en el eje de toda la industria del K-pop: SM Entertainment. Y aquí reaparecen los verdaderos héroes de la historia, 2 ex miembros del grupo Seo Taiji & Boys fundan las compañías YJP Ent., y YG Ent. Juntas, crean una fórmula para crear grupos musicales de K-pop que se acercan a la perfección. El K-pop pasa de ser un simple género, a algo mucho más grande, más poderoso: una idea.
En Corea, son conocidos como idol groups, pues aquí ocurre algo distinto que en las empresas discográficas que conocemos de este lado del planeta. Las empresas se dedican a buscar o a recibir jóvenes ideales para formar grupos K-pop; tras un entrenamiento exhaustivo que puede durar incluso años, los jóvenes se agrupan de manera complementaria: esta el vocalista, el rapero, el que baila, incluso ser “el menor del grupo” es un rol importante para hacer al grupo único y cada miembro tenga algo que le guste a cada persona. Los jóvenes son entrenados y condicionados bajo estrictos contratos para llevar una vida muy saludable que no permite escándalos, ni fumar, tomar o drogarse.
Al ser formado un grupo, el arduo trabajo no acaba más que empezar. Experimentar es parte de la esencia del K-pop. Para sus videos crean imágenes muy coloridas y bastante atractivas visualmente, hacen coreografías elaboradas de manera muy cuidadosa y eligen las vestimentas más populares de la época. En el caso de la música, son mucho más creativos; las empresas discográficas tienen un amplio equipo de compositores que se dedican a crear letras llamativas para su principal público, el adolescente, generalmente haciendo críticas a la actual presión social que viven los más jóvenes, quienes resultan aún más cautivados al utilizar los géneros más populares para ellos en su música. En una sola canción K-pop puedes encontrar hasta más de tres géneros distintos, jugando con los ritmos y la letra de manera sorprendente.
¿Y cómo lo recibió el resto del mundo? Los jóvenes (sobre todo las mujeres) quedaron cautivados casi de inmediato. Tardaron un tiempo, pero lograron penetrar en el mercado musical estadounidense, pues sus políticas normalmente rechazan la música extranjera. El grupo de mayor popularidad a nivel internacional, BTS, estuvo en el número uno de la lista Billboard durante casi un año, superando a muy populares cantantes como Ariana Grande o Justin Bieber. Se dice que la primera vez que vinieron al país, sus integrantes fueron recibidos por sus fans de una manera comparable a como sucedió con The Beatles en el pasado.
Corea del Sur ha sido un genio al crear este gran mercado cultural. En una jugada casi maestra, rescata su economía y nos regala una idea, el K-pop, donde hay música para toda clase de gustos y placeres. No hay persona que no se encuentre identificada dentro de este nuevo mundo musical. Pero eso sí, internauta, ¡ten cuidado con sus grupos de fans! En ocasiones suelen comportarse de una manera un poco obsesionada y a veces hasta violenta por sus idols coreanos, pero como siempre, hay que tratar a todos con respeto.