Médula
2021: continuidad o cambio
Como diría mi ex jefa Gisela Rubach en alguna de sus disertaciones en el ITAM, palabras más, palabras menos, la gente no vota a favor de un candidato (o partido), y sí en contra de malos gobiernos (o situaciones que viven).
En 2015, la utilización de la tragedia de Iguala, fue el caballo de batalla en la campaña del equipo que impulsó a Héctor Astudillo; la fractura de la izquierda y un clima de intimidación en la recta final hicieron el resto. ¿Cuál será la discusión que mueva el ánimo de la gente en 2021. Aún es pronto para señalarlo porque la historia aún se escribe.
Hoy, PRI, PAN y PRD atisban un futuro político incierto en el 2021, intimidados por la inercia de la elección de primero de julio de 2018. Las primeras encuestas dan ventaja a Morena, por el momento.
La mayoría de los partidos se encuentran inmersos en sus procesos de relevo, refrendo de militancias, afiliación de simpatizantes; ejercicios de gobierno en sus cotos. Sin embargo, no dan señales de renovación en sus prácticas. La lucha por el poder los desfigura.
Sobrellevan la agenda política del día a día en Guerrero, de manera reactiva a Morena, instituto que plantea un cambio de paradigmas, pero que se deforma envuelto en contradicciones, revueltas internas y justificando el desdén del gobierno federal a la entidad.
En este escenario parece que el reloj detuvo su marcha: ni el anunciado cambio llega, ni el viejo sistema se va, y bajo mi óptica, quien pierde es Guerrero, la gente. Pocos actores se atreven a criticar al Presidente, al gobernador. Nada cambia.
Aún faltan 22 meses para la renovación del gobierno del estado, el Congreso local y los ayuntamientos. De cara al 2021, se prefiguran alianzas pragmáticas, pero no se abren las cartas. La alianza de las izquierdas se ve lejana y la alianza PRI-PRD se interpreta en algunos círculos como la debacle de ambos partidos, por el abandono de sus militancias.
La elección del 2021 será referéndum evaluatorio al ejercicio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y al gobierno de Héctor Astudillo Flores.
Lo único cierto es que la llegada de la Cuarta Transformación a Guerrero y el país, ha dejado más dudas que certezas; los diferentes grupos sociales que votaron por Andrés Manuel López Obrador aún mantienen la fe de que el nuevo gobierno les hará justicia, aunque las evidencias digan lo contrario.
Con escenarios inestables como hasta ahora, donde la irritación de diversos grupos sociales ha sido una constante en contra de las políticas públicas del gobierno federal, es mejor no adelantar juicios o hacer pronósticos.
Ni siquiera los movimientos de los adelantados, la delantera en las encuestas de algun@s, ni los cálculos triunfalistas de los morenistas, ni las sumas de posibles alianzas ganadoras, definirán en los meses siguientes el resultado de 2021.
Está visto, que ni siquiera la militancia política o sofisticadas operaciones de compra del voto son garantía de triunfo para un candidato o instituto político.
Será, como comenté al principio, la percepción, el ánimo, el balance que tenga la gente de la realidad que vive, lo que hará decidir al votante en el dilema elemental del 2021: continuidad o cambio.