Descartan víctimas guerrerenses por incendios en Los Ángeles
TLAPA, 25 de febrero de 2014.- Mujeres Na Savi de Tepecocatlán, localidad de Atlamajalcingo del Monte exigieron a los gobiernos federal, estatal y municipal no dejarlas en el abandono y proporcionar apoyo a quienes perdieron sus animales de traspatio, sus casas, sus cultivos e incluso familiares.
Un grupo de mujeres con apoyo de una joven que tradujo la conversación, demandaron en entrevista respeto para las mujeres indígenas, ya que han sido olvidadas y no son atendidas después del paso de las tormentas Ingrid y Manuel que debastaron desde hace cinco meses varios comunidades de la Montaña de Guerrero.
Natalia Cano Espinobarro, una adulta mayor, declaró que además de perder su cosecha, también se murieron sus animales y le falta comida pero el gobierno no le hace caso. Recordó que cuando acudieron a marchar en Tlapa con el Consejo de Comunidades Damnificadas de la Montaña a pesar de pasar hambre y sed protestaron incluso mujeres embarazadas o con hijos por la necesidad de que el gobierno les haga caso.
Ella perdió 25 chivos y está con hambre, el comedor (de la Cruzada nacional) no alcanza mucho, además de que faltan cobijas y ropa, remarcó la intérprete del mismo pueblo.
La joven agregó que el ahora el gobernador, diputados, alcaldes, “engañan, prometen muchas cosas al último no cumplen nada más dicen y dicen, ahora que están arriba pedimos nos apoyen así como por un voto que les dimos ellos comen bien, visten bien ahora nosotros sufriendo en la lucha, acudimos a Tlapa a dar lástima porque estamos abandonas mujeres indígenas valemos mucho de nosotros viven pero somos ignoradas aunque hay viudas, madres solteras”, reclamó.
Adelaida Reyes Candia, otra mujer adulta mayor vive con temor y en peligro, ya que su casa está cuarteada y tienen miedo pero no tiene lugar a donde ir. Margarita Sabino Ortega es viuda y le pide al “señor gobernador” le proporcione apoyo.
Por su parte, Maurilia Vivar Gálvez indicó que no tiene casa, su esposo es incapacitado y aunque tiene terreno, no una casa, recuerda que tenía como 50 guajolotes pero se murieron con las lluvias.
En esta realidad de abandono viven cientos de mujeres de la Montaña como ocurre con el caso de Marcelina Velázquez Encarnación, que perdió a su esposo, un hijo y ahora es viuda con hijas que mantener, está convaleciente porque fue parcialmente enterrada por el desgajamiento de un cerro en San Marcos, Metlatónoc, pero no tiene apoyo y ya no tiene dinero.
A Marcelina, el alcalde le prometió una pensión mensual pero a cinco meses no le ha proporcionado nada, tampoco tiene atención sicológica, ni un lugar donde vivir.