Teléfono rojo
El propósito es loable:
Cero rechazo de aspirantes a estudiar bachillerato o cursar alguna carrera en universidades públicas.
Un cuello académico insalvable hasta ahora.
Sería uno de los beneficios originados por la pandemia universal.
Extraño, pero así es.
Con las clases a distancia del fin del curso anterior como única experiencia, se trata de abrir el espectro a través de la tecnología.
Esto obliga a una reconversión para atender, de súbito, a decenas de miles de estudiantes más a los registrados en el ciclo 2019-2020.
Algunas instituciones, como la Universidad de Guadalajara (UdG), ya se comprometieron a aceptar a todos los solicitantes.
El rector Ricardo Villanueva ha puesto la muestra, pero hay otros con amplia experiencia de cursos en línea y muy avanzados en el mismo propósito.
Como cabeza de sector, la Secretaría de Educación Pública (SEP) concentra información y seguramente pronto habrá información del titular Esteban Moctezuma y del subsecretario Luciano Concheiro.
Y por supuesto también de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) de Jaime Vals.
LA LICENCIATURA COMO PARADIGMA
Esto no significa dejar de atender a la población tradicional.
Por ejemplo, tanto la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de Enrique Graue como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) de Mario Alberto Rodríguez preparan sus exámenes de admisión.
Cada instituto o universidad decidirá sus especificidades, pero hay limitaciones insalvables como la brecha tecnológica, la cobertura televisiva y hasta la carencia de electricidad en 12 por ciento de los hogares.
Esta deficiencia no pueden cubrirla siquiera empresas en servicio social como Televisa de Emilio Azcárraga, la cual entró al rescate de 6.5 millones de alumnos de primaria en marzo pasado.
Será una prueba para medir cuánto hemos avanzado tanto en habilidades como en materia digital.
Llama la atención también cómo el sistema educativo no se ha reconvertido y se habla de licenciaturas como objetivo poblacional.
-En México todos queremos ser licenciados –lamentaba el doctor José Angel Córdova cuando titular de la SEP-; tenemos que cambiar este paradigma.
Tres sexenios después no hay avances.
LOS GOBERNADORES NO SE APLACAN
La reunión de la clase gobernante de ayer tuvo poca relevancia.
Acaso la mayor sea la decisión de incorporar a los gobiernos estatales en la vigilancia contra la evasión, el crimen organizado, las factureras y otros delitos.
Cada gobernador suscribirá el acuerdo respectivo con instituciones federales y se redondeará el miércoles próximo en la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
Pero puede haber novedades.
El lunes se reunirán los gobernadores panistas aglutinados en la Goan de Francisco Domínguez para fijar posiciones.
La Alianza Federalista ha exigido incorporar su agenda, como lo advirtió ayer el michoacano Silvano Aureoles, y no callará si se le ignora.
El presidente de la Conago, Juan Manuel Carreras, ciñó a tres los temas a tratar: fiscal, sanitario y crisis económica.
Ahí caben planteamientos de Goan y de la Alianza federalista, subrayó.
Novedad será también la presencia de todo el gabinete, pero muchas voces terminan por aturdir y no resolver.