Teléfono rojo
“Yo no fui presidente de México”, se autodefinió Ernesto Zedillo
“Yo fui el mejor economista del país”, definió su administración
Roberto Sandoval se sustrae de la campaña tricolor en Nayarit
El Bentley avanzaba por las calles de Londres.
Ernesto Zedillo vivía su primer año lejos del país al cual gobernó de diciembre de 1994 a noviembre de 2000.
Había escogido y conseguido por voluntad propia radicar lejos, dar clases, ser ejecutivo de muchas empresas, opinar en los consejos administrativos de firmas trasnacionales.
A la capital de Inglaterra acudió invitado por la London School of Economics y allá, cortesía diplomática, lo recibió el embajador de México, Santiago Oñate Laborde.
Un viejo conocido por muchas razones.
La principal:
Oñate Laborde fue presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) cuando el priísmo decidió sublevarse contra el histórico dedazo presidencial.
Él y César Augusto Santiago, secretario técnico del Consejo Político Nacional (CPN) debieron ceder a las presiones y determinar:
-Nadie puede ser candidato presidencial sin un cargo de elección previo.
O sea, no otro Zedillo.
Aquel capítulo se cerró con el cese de César Augusto Santiago y el retiro de Santiago Oñate Laborde, quien desde entonces ha seguido una carrera diplomática ascendente.
“FUI EL MEJOR ECONOMISTA DE MEXICO”
De aquel encuentro hay testigos.
Santiago Oñate Laborde corría la cortesía de llamar “presidente” a Ernesto Zedillo.
El ex mandatario no se contuvo:
-Yo no fui presidente de México…
Silencio en el Bentley.
Tras la pausa, Zedillo redondeó:
-Yo fui el mejor economista de México.
Dijo la verdad.
Suyo fue el mérito de rescatar al país tras la crisis de principios de sexenio –“error de diciembre”, lo bautizó su antecesor Carlos Salinas- y dejar las finanzas más sólidas de la historia reciente.
Solidez de la cual disfrutaron los dos sexenios panistas, los de Vicente Fox y Felipe Calderón, y con cuyos restos el gobierno de Enrique Peña va a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Una historia de economía cuando se ha ido un economista de excepción, Jesús Silva Herzog, y está por irse otro, Agustín Carstens, antes de ver hundirse los principales indicadores.
Faltan pocos meses para ver los resultados.
SALDOVAL NO SE SUMA A COTA Y AL PRI
1.- La cúpula priísta y gubernamental ve con preocupación un hecho en Nayarit.
El gobernador Roberto Sandoval no nada más está distanciado de su ex coordinador de campaña y ahora candidato a su cederlo, Manuel Cota, y por lo tanto de su cruzada por el voto.
Eso genera inquietud y tiene muy contento a Alejandro Echevarría, cuya dinastía pretenden institucionalizar Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Y 2.- hoy, cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer, valdría la pena hacer un revisión del gabinete, de las cúpulas partidistas y hasta del Poder Legislativo para conocer la realidad.
Con un reto: vienen las elecciones de 2018 y entonces por ley deberá haber paridad y no cabrán, salvo versión contraria de Lorenzo Córdova y su Instituto Nacional Electoral (INE), las Juanitas.
Usted recuerda la historia: esa moda creada por Andrés Manuel López cuando mandó un desconocido (ni el nombre de Rafael Acosta se sabía) a ganar Iztapalapa con la instrucción de declinar y dejar a Clara Brugada como delegada.
Esa es nuestra política.