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CHILAPA, Gro., 26 de junio de 2015.- La última vez que Francisco Benítez Domínguez vio a su hijo fue el 7 de julio de 2014. Después de esa noche, ya no supo más de él.
Su hijo, Francisco Tizoc Benítez Ramírez era un abogado titulado de la Universidad Aurora Meza, ubicada en la cabecera municipal de Chilapa de Álvarez, esposo y padre de un niño de 11 años y una niña de 5.
El lunes 7 de julio de 2014, el joven abogado tuvo la mala fortuna de encontrarse en la calle en el momento en que se desató una balacera entre dos cárteles contrarios: Los Rojos y Los Ardillos.
Su padre, Francisco Benítez, relató que esa noche desaparecieron al menos 10 personas: “Nunca se había dado un enfrentamiento tan cruel, levantaron inocentes, sospechosos, a quien quiera que se encontraba en la calle”.
Ha pasado casi un año y Francisco Benítez aún no encuentra a su hijo. Lo último que supo fue un rumor que le da la esperanza de que aún esté con vida.
La mañana del 8 de julio, un día después del enfrentamiento, varios vecinos atestiguaron cómo una camioneta roja trasladaba a seis hombres amarrados, desnudos y con el rostro cubierto con playeras.
La camioneta fue vista en Xiloxuchican, un poblado de Chilapa que conecta con Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango en el que domina el grupo delictivo Los Ardillos. De acuerdo a Francisco Benítez, su hijo iba entre las víctimas que transportaba esa camioneta roja.
“Yo aún tengo la esperanza de encontrarlo con vida”, afirma el hombre de aspecto envejecido y voz entrecortada.
“Vivo pensativo, angustiado, viendo que ya pasó casi un año y las autoridades no han presentado avances para dar con el paradero de mi hijo”, comentó en entrevista.
Recordó que en un primer momento la Fiscalía General del Estado (FGE) atrajo la investigación, pero después de revisar el expediente se dio cuenta que sus declaraciones ministeriales fueron alteradas, que se borraron evidencias y que no se incluyó los nombres de las personas que él señaló como probables responsables, integrantes del cártel de Los Ardillos.
Ante estas irregularidades, acudió al área de Derechos Humanos de la propia Fiscalía y dio parte a la Contraloría General del Estado.
El caso fue atraído por la Procuraduría General de la República (PGR), pero a casi un año aún no hay avances en las investigaciones.
Tras la desaparición de su hijo, Francisco Benítez inició un movimiento por la paz en Chilapa, que agrupó a instituciones religiosas, organizaciones sociales, estudiantes, profesionistas y ciudadanía en general.
A través de marchas y denuncias públicas, Francisco Benítez y los padres de más jóvenes desaparecidos por la delincuencia organizada exigieron resultados a las autoridades.
En un primer momento, solicitaron al presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso de Guerrero, Bernardo Ortega Jiménez su intervención para hablar con los jefes del cártel Los Ardillos, que son hermanos del diputado.
Sin embargo, el legislador se negó bajo el argumento de que no tiene contacto con sus hermanos desde hace al menos ocho años.
Después, Francisco Benítez acusó a Bernardo Ortega Jiménez de ser protector del cártel liderado por sus hermanos.
“Me han querido matar por denunciar eso públicamente, pero yo no tengo miedo. Si arriesgando mi vida voy a recuperar a mi hijo, pues que sea lo que Dios mande”, expresó el hombre.
Recordó que semanas atrás incursionó en la cabecera municipal de Chilapa un presunto grupo de autodefensa, conformado por las comunidades aledañas a Quechultenango. Aseguró que los presuntos comunitarios en realidad eran sicarios del cártel Los Ardillos.
“Eran sicarios disfrazados de comunitarios. Se metieron a mi casa, se robaron varias cosas, escribieron amenazas contra mí en las paredes y ofrecieron una recompensa por quien diera mi ubicación. Tienen interés en encontrarme y matarme por las denuncias que he hecho”, comentó Francisco Benítez.
Durante la incursión de la autodefensa desaparecieron al menos 30 personas de la cabecera municipal de Chilapa, aunque sólo hay denuncia formal de 16. Hasta la fecha se desconoce su paradero.
Sigue operando la delincuencia
El líder del movimiento por la paz en Chilapa aseguró que la delincuencia organizada sigue operando impunemente en el municipio, a pesar de que los gobiernos federal y estatal reforzaron la presencia de los cuerpos de seguridad.
“Aquí siguen secuestrando personas. Hace una semana levantaron a una muchacha de 15 años frente al Oxxo de La Montaña, en la colonia Municipio Libre”, aseguró.
Francisco Benítez Domínguez relató que una mujer que ha participado activamente en el movimiento por la paz, ahora es víctima de los grupos criminales.
Detalló que la mujer acudió al Oxxo con su hija de 15 años para hacer una recarga de saldo a su teléfono celular.
La madre ingresó al Oxxo, mientras que su hija se quedó afuera, recargada en la motocicleta.
En ese momento pasó un automóvil Platina de color azul, del que bajaron unos hombres que sometieron a la adolescente y se la llevaron por la fuerza.
La madre se percató del hecho y se acercó a un grupo del Ejército y la Policía Federal que se encontraban cerca.
Además del patrullaje que iniciaron las corporaciones de seguridad, la propia mujer realizó recorridos en su motocicleta para buscar el vehículo en el que se llevaron a su hija, ya que algunos testigos apuntaron sus placas y sus características.
A causa de los patrullajes y los retenes que montaron el Ejército y las corporaciones policiacas, los criminales no pudieron salir de la cabecera municipal.
Luego de cuatro horas, la madre se topó de frente con el automóvil que raptó a su hija. Los delincuentes trataron de arrollarla, pero ella los esquivó.
El automóvil en el que iban los criminales emprendió la retirada por la avenida de la terminal, para salir por El Ajo, rumbo a la comunidad de Atzacoaloya.
Sin embargo se toparon con un retén del Ejército que los detuvo. En la cajuela del automóvil, los militares encontraron a la jovencita.
“La llevaban encajuelada, bien golpeada, la pasearon en la cajuela durante cuatro horas”, relató Francisco Benítez.
Comentó que días antes, la madre de la joven fue víctima de un intento de “levantón” por parte de Los Ardillos, en el centro de Chilapa.
“La señora participa en las marchas, ella identificó al chino cuando los cinco días que estuvieron los narco comunitarios. El chino es uno de los jefes importantes de Los Ardillos, se llama Constantino Chino Jiménez, él opera en San Ángel. La señora lo identificó entre los narco comunitarios y le gritó ‘tú eres el chino, quítate la máscara, demuestra quién eres, tu eres secuestrador, tu mataste al candidato del PRI, nada más viniste a matar gente’, por eso la quieren matar”, explicó Benítez Domínguez.