Quadratín Bajío está de manteles largos
Conforme a El Zócalo de Saltillo, “en una fotografía, se observa al funcionario público enseñando a la mujer a usar un Segway”, medio personal ligero de transporte eléctrico (dotado con un par de ruedas, giroscopio, sistema de autobalanceo) que es utilizado por gran parte de los guardias metropolitanos en la región Bajío y Norte del país.
El suceso ya ha provocado fuertes críticas a la autoridad ya que “como puede ser que las autoridades usen vehículos oficiales para transportar mujeres, es una burla para todos los que pagamos por ellos”, se lee en algunos comentarios que recoge el portal Rasainforma, donde se añade que, hasta el momento, las autoridades de Torreón “no han emitido alguna comunicación al respecto”.
A modo de breviario, la oficialmente denominada Policía Estatal Preventiva con perfil de Policía Turístico, y a la que el “guardia ligador” pertenece, “es una corporación de “elementos que hablan al menos un idioma más, aparte del español; con una edad de entre 18 y 25 años de edad y con estudios de preparatoria”, misma que se encuentra bajo tutela directa del gobierno del estado de Coahuila.
En ese sentido, y de acuerdo al reglamento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, los integrantes de la Policía Turística son sujetos a un riguroso código de etiqueta que les comanda no contar con tatuajes o perforaciones, “mantener un buen aspecto y una actitud decorosa del uniforme” y mantener patrulladas las zonas de monumentos históricos.
Para tales fines, “todos los elementos se desplazarán en vehículos individuales que funcionan con energía eléctrica y que son especiales para recorrer las calles y andadores del Centro Histórico”, y, como tarea prioritaria, “habrán de atender y orientar a los turistas”… no obstante, el presunto auxilio a la joven rubia se encuentra fuera de sus facultades.
Y es que de conformidad al Reglamento de Tránsito y Control Vehicular, los uniformados tienen completamente prohibido utilizar la unidad en asuntos particulares, arrendar las unidades, permitir que las mismas sean utilizadas por personas no autorizadas para conducirlas y transportar un número superior de personas a la capacidad del vehículo (un sólo individuo, para el caso del Segway).
“Estos vehículos no son aptos para transportar a dos personas, es reprobable que los vigilantes del orden los utilicen como un juguete para conquistar mujeres”, reitera un ciudadano indignado según recoge Pulzo.
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