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PUNGABARATO, 24 de diciembre de 2014.- En entrevista con el Zócalo de Saltillo, el obispo de Ciudad Altamirano, Maximino Martínez Miranda, recordó otros caso de plagios ecleciásticos en el estado de Guerrero.
Citó que en la sierra del municiopio guerrerense de San Miguel Totolapan un sacerdote (del cual reservó el nombre) “fue amenazado hace unos años e incluso lo levantaron unas horas, por predicar a favor de la familia, y un grupo de sicarios confundió el mensaje y consideró que estaba hablando a favor de la Familia Michoacana”.
Martínez Miranda dijo que el caso finalmente se aclaró y no hubo mayor problema para que el sacerdote regresara a sus actividades pastorales.
“Todo sucedió cuando el responsable pastoral de área predicó a favor de la familia y sus valores, y de mantener unida a la familia como núcleo social, pero un grupo de sicarios le dijeron que “ahí no querían saber nada de los de la Familia”, expresa Martínez Miranda en entrevista con el Zócalo de Saltillo.
Por otra parte, en septiembre del 2009 fue asesinado el padre Habacuc, en el municipio guerrerense de Arcelia, cuando viajaba con otros dos jóvenes que estaban por ser seminaristas y que aparecieron muertos a balazos, en un hecho que movilizó a la iglesia a manifestarse.
En aquella ocasión, recuerda el obispo Martínez, el Episcopado Mexicano en un documento condenó “la violencia que está azotando a nuestro país” y exigió “a las autoridades correspondientes, de todos los niveles de gobierno, realicen una pronta investigación y encuentren a los responsables de este cobarde crimen”.
“Desde nuestra fe, manifestamos la certeza de que el padre Habacuc Hernández, responsable de vocaciones y los seminaristas Eduardo Oregón Benítez y Silvestre González, gozan ya en la presencia del Padre celestial”, añadía el documento.
Asimismo, en San Miguel Totolapan aún se mantiene el duelo por el homicidio de su párroco ocurrido en septiembre de 2014, cuando apareció con impactos de bala Ascensión Acuña Osorio, a quien luego echaron al río Balsas.
Recientemente instalaron al nuevo responsable de la parroquia en medio del temor de la misma iglesia ante la violencia que vive el municipio.
Ascensión Acuña era originario de Palmar Grande, estado de México. Su caso conmovió a la iglesia.
Asimismo, en febrero de este año un sacerdote que venía de oficiar una misa de la sierra de Ajuchitlán fue atacado a balazos en el camino cuando venían de una actividad pastoral. El sacerdote José Julián iba en su vehículo y ya regresaban de la parte alta.
Pasaban por San Antonio de los Libres cuando los quisieron parar a balazos, y al intentar huir salió lesionado el secretario del sacerdote, Nicolás Carrillo Vargas, de 24 años de edad. Recibió un impacto en el lado derecho que le atravesó el brazo, y se le incrustó en un pulmón. Posteriormente murió.
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