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ACAPULCO, Gro., 26 de octubre de 2020.- La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) confirmó este lunes que hay presencia de agua en los cráteres de la luna.
De acuerdo con la agencia de noticias Efe, el diario Nature Astronomy publicó dos estudios firmados por científicos estadounidenses, uno de los cuales señala la inequívoca detección de agua molecular (H20) en el satélite natural de la Tierra, y el otro sugiere que aproximadamente 40 mil metros cuadrados de su superficie tiene la capacidad de retener agua en las llamadas trampas frías.
Se indicó que hace dos años se detectaron por primera vez signos de hidratación en la superficie lunar, particularmente alrededor del polo Sur, pero el método empleado no podía diferenciar si se trataba de agua molecular (H2O) o de hidroxiles (radicales llamados OH).
En esta nueva publicación, un equipo dirigido por Casey Honniball, de la Universidad de Hawai, usó datos del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA) de la NASA, un avión Boeing 747SP modificado para transportar un telescopio reflector.
Los datos fueron tomados del cráter Clavius, cerca del polo Sur, que fue observado por SOFIA en una longitud de onda de seis micras, a la que el agua molecular produce una firma espectral única.
Las observaciones previas, a una longitud de tres micras, señalaban indicios de agua, que “todavía dejaban abierta una explicación alternativa”, pero los nuevos datos “no tienen otra explicación que la presencia de agua molecular”, explicó a Efe Ignasi Ribas, astrofísico del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) y del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC.
El agua, atrapada dentro de granos de polvo o de cristales, cuando es excitada por la luz del Sol vibra y la vuelve a emitir a una longitud de onda de seis micras.
“En la práctica, es como si esas zonas de la Luna brillaran más que lo que deberían a esa longitud de onda”, agregó.
Los investigadores estiman que la abundancia en las altas latitudes meridionales es de 100 a 400 gramos de H2O por tonelada de regolito (el material del que está formado la superficie lunar) y la distribución del agua en ese pequeño rango de latitud es resultado de la geología local y “probablemente no un fenómeno global”.
Esa cantidad de agua es mucho menor que en la Tierra, “pero es más que cero”, indica Ribas, quien recuerda que las condiciones en la Luna son extremas por lo que es difícil retenerla pues se evapora y escapa.