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¿Qué hará López Obrador?
La llamada “comentocracia”, que no es otra cosa que los columnistas que intentan el análisis político en los medios impresos de circulación nacional y en los medios electrónicos, coinciden en que Andrés Manuel López Obrador está tirando por la borda sus muchas posibilidades de triunfo en las elecciones presidenciales del 2018.
Si no van juntos los partidos de izquierda, el voto del electorado “progresista” se atomizará, beneficiando así al PRI y al PAN, partidos “conservadores” según la visión de quienes se dicen “de avanzada”, y ponen como ejemplo las recientes elecciones para gobernador en el Estado de México, en donde el PRI ganó gracias a los votos de los partidos con los que hizo alianza.
Andrés Manuel López Obrador, es un político de “mal carácter”. En ocasiones linda en lo grosero. Para él “la mafia del poder” es una manifestación demoníaca y se considera una especie de santón capaz de exorcizar a la nación. Él es el bueno y quienes no lo siguen con obsecuencia, son los malos. Enrique Krauze, en un ensayo publicado en la revista “Letras Libres” en el 2006, lo llamó el “Mesías tropical”. En ese año, López Obrador perdió las elecciones (era el candidato de una coalición encabezada por el PRD) por un medio punto porcentual. Otro hubiera sido el resultado si hubiera aceptado la alianza de facto ofrecida por Elba Esther Gordillo, la entonces dirigente del magisterio, una política de “la mafia del poder” en aquel año contraria al candidato del PRI.
Andrés Manuel tiró por la borda la opción de triunfo electoral, y actualmente, según los “comentócratas” mencionados arriba, está haciendo lo mismo.
El candidato de Morena debe recomponer sus estrategias. Entablar conversaciones con los dirigentes de los partidos de izquierda e ir coaligados en las elecciones del 2018. No le garantiza el triunfo, pero sí la gran oportunidad de ganar, pues no hay que olvidar que a los poderes fácticos, o sea la fuerza que actúa al margen de los cauces normales de la política, no les agrada Andrés Manuel López Obrador, a quien ven como un émulo de Hugo Chávez, quien llevó a Venezuela, un país rico gracias a su abundancia petrolera, a la ruina económica.
Una coalición de los partidos de izquierda haría de las elecciones del 2018 una moneda en el aire. Los “progresistas” con Andrés Manuel López Obrador como un bloque cuasi indestructible, y los “conservadores”, el PRI y el PAN, divididos, pero no hay que olvidar que México es un país tradicionalista, y la mayoría del electorado, históricamente, busca mantener o restablecer las tradiciones antiguas.
El PRI tendrá candidato el próximo noviembre, y según las encuestas publicadas, a la cabeza se mantiene el actual Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
El PAN, es todo un lío. Hay tres aspirantes a la candidatura: Margarita Zavala Gómez del Campo, la esposa del expresidente Felipe Calderón; Ricardo Anaya Cortés, presidente del partido, y Rafael Moreno Valle Rosas, ex gobernador de Puebla.
Se ve muy difícil la unidad panista, por lo cual de este trío saldrá el candidato del partido… y uno independiente.
¿Qué hará Andrés Manuel López Obrador? ¿Buscará la coalición, o seguirá tirando por la borda la posibilidad de ser presidente?